Desde el año 1987 la Organización Mundial de la Salud (OMS) conmemora cada 31 de mayo el Día Mundial sin Tabaco, celebración que tiene por objetivo informar a la población sobre el riesgo de su consumo e incentivar su reducción. En este sentido, el Dr. Manuel Barros, broncopulmonar de Clínica Ciudad del Mar, se refiere a los riesgos asociados a este hábito y entrega consejos para poder superarlo.
Bronquitis crónica, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), enfisema y cáncer de boca, laringe, bronquios y pulmón, son algunas de las afecciones respiratorias asociadas al humo del cigarro. Y es que según cifras entregadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), son millones de personas las que a diario sufren las consecuencias de este tipo de patologías.
“Una persona muere cada seis segundos en el mundo a causa del consumo prolongado de tabaco y químicos relacionados como el alquitrán y la nicotina, los que pueden aumentar el riesgo de padecer una serie de enfermedades. Si bien el aparato respiratorio es el que se ve más afectado, los efectos dañinos en el organismo son múltiples”, explica el Dr. Manuel Barros, broncopulmonar de Clínica Ciudad del Mar.
Entre los factores de riesgo más importantes de las enfermedades respiratorias que son prevenibles, se encuentra el consumo de tabaco, ya que la vida de un fumador se reduce en promedio entre 10% a un 15%. Se estima que cada cigarrillo acorta la vida en unos cinco minutos y que un fumador promedio vivirá entre cinco y siete años menos. Además, el 50% de las personas que consumen tabaco, muere de una causa directamente relacionada a esto.
Efectos del tabaquismo
Este consumo también tiene directa relación con las enfermedades cardiovasculares, pues cada vez que se inhala tabaco, las arterias se contraen y además favorece la aparición de placas de colesterol. Éstas pueden romperse y provocar obstrucción del flujo sanguíneo e infarto cardiaco o cerebral.
Asimismo, el doctor Manuel Barros, de Clínica Ciudad del Mar, explica que “en fumadores son más frecuentes los infartos cerebrales, pero también úlceras de estómago y duodeno, cáncer de esófago, colon, estómago, páncreas, riñón y vejiga”.
En el caso de las mujeres, aumentan las posibilidades de cáncer de cuello uterino, y cuando se está embarazada, el crecimiento fetal es más lento, podría ocurrir un parto prematuro, aborto espontáneo y labio leporino. En los hombres, en tanto, es más frecuente la impotencia y esterilidad por daño a los espermatozoides. “También provoca trombos en las arterias y venas, y envejecimiento anticipado de la piel que se manifiesta por arrugas”, comenta el especialista.
Manifestaciones
Tos, ahogos y cansancio permanente son los síntomas más frecuentes producto de la inhalación constante de tabaco. Además, es frecuente observar alteraciones en la piel.
Mientras mayor la exposición al humo de cigarrillo, mayor es la propensión a presentar enfermedades. En este sentido, quienes están en mayor riesgo son los niños, pues al no estar completamente desarrollados sus pulmones, se ve afectado el crecimiento y aumenta el riesgo de obstrucción de bronquios. En personas adultas, las más afectadas son las que padecen diabetes, porque el daño se multiplica en ellos.
Fumadores pasivos
Tanto los fumadores activos como los pasivos sufren las consecuencias de inhalar humo de cigarrillo; de hecho, en estos últimos, se ha observado mayor frecuencia de infarto cardíaco y cáncer de pulmón. En el caso de niños y las guaguas, que son los más expuestos al humo indirecto del cigarrillo, están en riesgo de: crisis de obstrucción de bronquios y ataques de asma que los obliga a ir al Servicio de Urgencia, infecciones de boca, garganta, oídos y pulmones, y daño pulmonar. Además, el broncopulmonar de Clínica Ciudad del Mar puntualiza que “en los niños pequeños se ha observado mayor riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante”.
Por lo mismo, para el especialista, la única solución para prevenir este tipo de afecciones es dejar de fumar. “El tabaquismo es una adicción adquirida que, como se mencionó, desencadena una serie de enfermedades. Dejar de lado este hábito no es una tarea imposible porque hoy en día existen múltiples terapias y ayudas”, comenta el doctor Barros.
Entonces, ¿qué hacer?
Quienes quieren dejar de fumar pueden hacerlo, y si el número de cigarrillos que fuman es bajo puede ser suficiente con tomar la decisión. En personas que tienen adicción a la nicotina es difícil que lo logren solos, por lo que se recomienda que busquen apoyo de los miembros de la familia, amigos o compañeros de trabajo y hablar con su médico, ya que existen tratamientos que ayudan al cese del consumo.
“Dejar de fumar es un proceso, y esto incluye el riesgo de recaídas. Si la persona no tuvo éxito, puede unirse a algún programa que los oriente, de modo que sus posibilidades aumenten”, puntualiza el broncopulmonar de Clínica Ciudad del Mar, Dr. Manuel Barros.