Hinchazón, pesadez de una extremidad, calambres, cambio de coloración azulosa y dolor son algunos de los síntomas más comunes de la trombosis venosa profunda a causa de viajes prolongados, por más de 10 horas.
El cirujano vascular de Clínica Ciudad del Mar, Dr. Carlo Zúñiga afirma “que incluso puede ocurrir una embolia pulmonar –migración de un coagulo desde las piernas hasta el pulmón-, el cual puede presentarse con dolor torácico agudo, ahogo, sensación de puntada en el tórax e incluso tos con sangre”.
El síndrome de clase turista es un término acuñado a finales de los años 90 que se refiere al aumento del riesgo de sufrir un episodio de trombosis venosa profunda o embolia pulmonar posterior a un viaje prolongado en avión.
¿Por qué se llama clase turista? Se usa porque en las clases turista hay poco espacio entre los asientos y los viajeros tienen poca movilidad durante el vuelo. “Independiente de la clase en la cual se viaje, el riesgo de sufrir una trombosis venosa tiene que ver principalmente con la inmovilización durante el vuelo”, sostiene el profesional.
Además de la inmovilización hay personas que están más expuestas a este riesgo, y son aquellos que han sufrido una trombosis previa, personas con obesidad, embarazadas, pacientes con cáncer, usuarias de estrógenos, personas mayores de 70 años o con movilidad reducida.
El especialista indica evitar permanecer muchas horas en una misma posición y caminar al menos una vez cada 2 hrs dentro de la cabina del avión. Mientras esté sentado, se deben flectar los pies varias veces, de manera de contraer la musculatura de la pantorrilla, lo cual bombeará la sangre de las piernas a mayor velocidad, disminuyendo el riesgo de una trombosis.
Otra recomendación es beber abundante líquido porque mantendrá la sangre fluida y hará que vaya más seguido al baño. Para pacientes con riesgo -obesos, embarazadas- las guías americanas de prevención de trombosis recomiendan uso de medias elasticadas de alta compresión.