Edie Moraga, de 59 años, fue diagnosticado de fibrosis pulmonar, luego de presentar un cuadro de tos seca.
Comenzó con dificultad para respirar durante 3 meses. En dos ocasiones tuvo neumonía y los síntomas que estaba presentando en esta oportunidad eran similares, por eso, decidió acudir a Clínica Ciudad del Mar para una consulta médica.
En primera instancia, le indicaron que podría tratarse de una enfermedad pulmonar intersticial, por lo que fue derivado al Dr. Víctor Leiva, broncopulmonar, quien le solicitó exámenes y una biopsia, confirmando un diagnóstico de fibrosis pulmonar.
Esta enfermedad consiste en un grupo de patologías que causan inflamación o cicatrización en ambos pulmones de manera difusa, provocando que estos órganos estén cada vez más rígidos y se generen síntomas de cansancio, falta de aire, tos que progresa en el tiempo de forma distinta en cada paciente.
“Fue un gran impacto conocer lo que me provocaba los cuadros de tos seca. Recuerdo que tenía muchas dudas e incertidumbre. En ese momento, me sentí un poco angustiado, pero seguí al pie de la letra lo que indicaba el doctor. Siempre pensé en forma positiva, sabía que no iba a ser fácil, pero tenía fe en el proceso”, comenta.
El médico le explicó que era una enfermedad que no se puede revertir, pero que los medicamentos para tratarla permitirían retrasar el avance entre 5 y 7 años y, en caso de empeorar, la alternativa era un trasplante de pulmones.
“El Dr. Leiva es un excelente profesional, muy proactivo y empático. Por la progresión de la enfermedad, él me derivó de forma precoz al Programa Nacional de Trasplante para ingresar a la lista de espera. Afortunadamente, hubo un donante para mí y la operación se realizó exitosamente en Clínica Santa María por la Dra. Claudia Sepúlveda, especialista de esta institución”, señala.
Edie comenta que tiene una excelente opinión del equipo de ambas clínicas, ya que durante todo este periodo, desde las consultas hasta la cirugía, recibió muy buena atención y los equipos médicos estuvieron coordinados. Además, valora la voluntad de su donante, puesto que gracias a él y a los profesionales de la salud, sigue con vida.
Finalmente, agrega: “En esta enfermedad hay que ser fuerte y tenaz, porque afecta la calidad de vida, pero hay que confiar en los equipos médicos especializados que ayudan en este proceso, sin dejar atrás a la familia, amigos y compañeros, que te apoyan incondicionalmente”.