Más del 95% de las cefaleas se deben a causas benignas; sin embargo, es necesario investigar el origen de algunos dolores de cabeza recurrentes o de gran intensidad, ya que podrían deberse a patologías de mayor gravedad como meningitis, accidentes vasculares o aneurismas.
El neurólogo de Clínica Ciudad del Mar, Dr. Marcelo De Giorgis, señala que “lo más importante en el manejo y tratamiento del dolor de cabeza es descartar que éste sea síntoma de una enfermedad más complicada que perjudique la salud de la persona. Para esto se requiere que un neurólogo evalúe el dolor, los síntomas y signos que lo acompañan, haga un diagnóstico oportuno y defina el tratamiento a seguir”.
Para poder distinguir cuándo es necesario recurrir a la atención de urgencia es necesario conocer la clasificación de la cefalea que se divide en dos grandes grupos: primarias y secundarias, siendo ésta última la que requiere de revisión médica.
• Cefaleas primarias: son aquellas en las que no se identifica una causa específica al dolor y en general no tienen consecuencias graves para la salud de las personas. Entre éstas es posible distinguir la migraña o jaqueca, la cefalea tensional y algunas neuralgias, siendo las dos primeras las más habituales en la población.
En el caso de la Cefalea tensional, ésta puede ser provocada por cuadros de estrés, cansancio, esfuerzo excesivo y posturas incorrectas, donde el dolor se concentra especialmente en las regiones posteriores y frontales de la cabeza, ya que la a tensión de los músculos del cuello y hombros se irradia a estas zonas. Esta puede presentarse por varios días siendo en algunos casos acompañada además por bruxismo (apretar o hacer rechinar los dientes de día o de noche), tensión ocular, insomnio y baja de ánimo, entre otros.
La migraña o Jaqueca en tanto, puede manifestarse a muy temprana edad o en la adolescencia, produciendo generalmente mayor dolor en una mitad de la cabeza o alrededor de un ojo. Es ocasional, puede durar horas e incluso días y se asocia a antecedentes familiares, aunque puede ser provocada, además, por el consumo de alcohol, la ingesta de algunos alimentos, tabaco, cambios hormonales, abuso de medicamentos antijaquecosos, estrés, insomnio, ejercicio, etc. Entre los síntomas más comunes que pueden acompañar al intenso dolor se encuentran nauseas y vómitos, visión borrosa u otras alteraciones visuales, intolerancia a la luz y a los ruidos intensos.
• Cefaleas secundarias: son causadas por una enfermedad y el dolor de cabeza es sólo un síntoma. Entre éstas se encuentran: tumores cerebrales, meningitis, accidentes vasculares, aneurisma roto y ante las cuales la atención oportuna es vital para la evolución del paciente.
Para actuar a tiempo existen algunos signos con que la persona afectada puede ser alertada para recurrir a una consulta neurológica. Entre ellos se encuentran, dolores de cabeza en una persona que antes no sufría de cefaleas, cefalea de inicio brusco y de alta intensidad, cefalea con fiebre, cefalea tras golpes en la cabeza, cefalea persistente, que no cede con el uso de analgésicos, cambio del tipo de dolor si la persona ya sufría de cefalea, cefalea asociada a vómitos, si además del dolor presenta visión borrosa o falta de visión, hormigueo, dolor de cuello, mareos, debilidad de extremidades, dificultad para hablar o permanecer despierto, entre otros.