La crisis sanitaria por COVID-19 ha provocado un gran impacto en la salud de las personas, tanto en el ámbito físico como psicológico.
A más de un año del inicio de la pandemia, es posible distinguir variaciones en el comportamiento de las personas, ya sea por los recursos psicológicos, redes de apoyo disponibles y consecuencias que haya generado en sus vidas la crisis sanitaria.
Claudia Badilla, psicóloga de Clínica Ciudad del Mar, señala: “El impacto inicial provocó en algunos incredulidad o negación; en otros temor y activación de su sistema de alerta, lo que generó cambios fisiológicos, dificultad en la atención, cambios en la emoción y conducta, alteraciones del sueño, apetito y síntomas psicosomáticos relacionados con estrés”.
Al respecto, agrega: “Esto fue seguido de una etapa de esfuerzos adaptativos para convivir con la incertidumbre y miedo al contagio, donde cada uno hace uso de estrategias de afrontamiento habituales o nuevas, logrando diferentes niveles de adaptación”.
Con el paso del tiempo, el aumento de casos, las cuarentenas, intentos de reinserción y nuevas cepas, han generado frustración, emociones displacenteras (miedo, culpa, rabia, entre otras) hasta configurar la fatiga pandémica, concepto utilizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para referirse a un “hartazgo y desmotivación de la ciudadanía para seguir las medidas de protección”.
Se manifiesta con síntomas como cansancio, agotamiento por la vigilancia sostenida, desmotivación, debilitamiento del autocuidado, problemas para concentrarse y concretar acciones.
Tener esta patología puede provocar:
La psicóloga explica: “Todas las personas están propensas a desarrollarla, ya que nos enfrentamos a una situación impredecible que interrumpe el curso de nuestras vidas, que nos contacta con la fragilidad, la posibilidad de la muerte y que se ha mantenido en el tiempo generando un estrés sostenido. Cuando los síntomas mencionados afectan distintas áreas de la vida, y esto es identificado por la misma persona o referido por cercanos, es necesario que acuda a un especialista”.
Claudia Badilla añade que hay grupos que son más vulnerables a desarrollar fatiga pandémica:
Finalmente, la profesional expone algunos consejos para combatir la fatiga pandémica: