La psoriasis es una patología crónica de la piel, que puede afectar a las articulaciones y autoestima de quien la padece. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta enfermedad afecta entre un 2% y 3% de la población.
Esta afección es de causa multifactorial, teniendo un importante componente genético que es hereditario, es decir, si el paciente cuenta con un familiar directo (madre, padre, hermano) con este problema, existe al menos un 20% de riesgo de padecerla y un 40% cuando afecta a ambos progenitores. Es común que aparezca cerca de los 30 y 40 años, aunque se puede presentar a cualquier edad.
El Dr. Matías Gompertz, dermatólogo de Clínica Ciudad del Mar, explica: “Sus síntomas se asocian a traumatismos en zonas específicas de la piel. Por eso, muchas veces se manifiesta en áreas de roce como rodillas, caderas, codos y área lumbar. También se puede asociar a infecciones, como la psoriasis guttata, que se debe a bacterias estreptocócicas que causan amigdalitis purulenta, por esta razón, muchas veces posterior a estos cuadros, se genera un brote de psoriasis. También se vincula a estadios inflamatorios, precisamente en síndromes metabólicos como hipertensión, diabetes, sobrepeso/obesidad, entre otros”.
Respecto a los síntomas, estos varían dependiendo del tipo de psoriasis. La forma clínica más frecuente es la psoriasis vulgar, que se manifiesta con lesiones rojas escamosas gruesas que tienden a aparecer en las zonas de roce o trauma; y la gutatta que presenta lesiones pequeñas de menos de un 1 centímetro que pueden afectar cualquier parte del cuerpo y suelen picar, provocando que vuelvan a aparecer o sean más notorias producto del rascado.
“La psoriasis en su forma leve es aquella que afecta a menos del 10% de la superficie corporal o no tiene compromiso articular, en estos casos el abordaje profesional lo puede realizar un médico general, pero siempre lo mejor será acudir a un especialista en Dermatología, para que el doctor indique el mejor tratamiento acorde a las necesidades de cada paciente. La psoriasis severa que afecta más del 10% de la superficie es siempre de manejo del dermatólogo”, señala el Dr. Gompertz.
El dermatólogo comenta que el estrés está muy relacionado con esta enfermedad, debido a que es un gatillante y agravante, pero que no afecta de manera inmediata, sino que se presenta con un desfase de uno a tres meses, desde el episodio de prevalencia de este estado de ánimo. Por eso, este es uno de los factores que se debe mediar para tratar la patología. Además, esta afección generalmente impacta de manera negativa la calidad de vida del paciente, más aún cuando está asociado con trastornos del espectro depresivo y ansiosos, debido a la repercusión que tiene en la imagen corporal, generando que la persona se retraiga y prefiera no utilizar cierta ropa, lo que va afectando otros aspectos cotidianos.
Finalmente, el especialista agrega: “Cuando el paciente se encuentra estresado o deprimido, muchas veces se retrasa el diagnostico, la adherencia a las indicaciones y controles por vergüenza. La psoriasis no tiene terapias curativas, pero sí es posible lograr un mejor control de la actividad y mejorando significativamente la calidad de vida. En algunos casos, se pueden eliminar completamente, pero en la mayoría solo hay una respuesta parcial en menor o mayor grado. Lo más importante es evaluarse a tiempo con un dermatólogo, para obtener oportunamente un tratamiento adecuado”.