El cáncer cervicouterino a diferencia de otros tipos de cáncer, se adquiere a través del virus papiloma humano o HPV. Este virus se transmite a través de la mucosa durante las relaciones sexuales, y si bien los preservativos ayudan a prevenir la transmisión, protegen de manera parcial contra la infección, porque el contacto genital también es fuente de contagio.
Existen más de 100 tipos de virus papiloma, pero no todos provocan un cáncer. Se estima que en Chile, bajo los 30 años en la población sexualmente activa, alrededor del 20-30% es portador del virus. Aquellos casos benignos se eliminan espontáneamente, mientras que las mujeres que se mantienen con el virus son quienes tienen el riesgo de desarrollar un cáncer.
En Chile existen dos vacunas que ayudan a prevenir esta enfermedad y que se pueden colocar a cualquier edad. “La recomendación es desde los 13 años, pero se puede colocar a cualquier edad, los estudios son en mujeres hasta los 45 años. Sería más efectiva si se coloca previo al inicio de la vida sexual activa, pero no es indispensable”, explica la ginecóloga de Clínica Ciudad del Mar, Dra. Daniela Badilla.
Hoy se pueden encontrar en el mercado diversas vacunas para proteger al cuerpo humano de los dos tipos de virus de alto riesgo más comunes. Algunas de éstas, además, protegen de otros virus que, si bien no producen cáncer, sí provocan condilomas o verrugas genitales, que es una de las infecciones de transmisión sexual más frecuentemente diagnosticada, sobre todo en los adolescentes.
Finalmente la especialista señala que para combatir el cáncer se debe tener en cuenta las demás opciones para prevenir el contagio de este virus, que son el uso de preservativo y el papanicolaou que ayuda a la detección precoz del virus.