Nomofobia: El miedo a quedarse sin teléfono móvil

La relación con el uso de teléfonos inteligentes suele ser diversa: puede tratarse de una conducta más dentro del grupo de trastornos ansiosos (relacionado con temor, inseguridad, aprensión de base); tratarse como un tipo de dependencia o adicción (cuando pasa a ser una necesidad derivada de sus efectos en el organismo, por su carácter lúdico y placentero ligado al uso de videojuegos, que el paciente no logra postergar); o bien una conducta más, parte de algunos tipos de trastornos de personalidad (relacionado con dificultades en la conformación de identidad personal, necesidad de pertenencia, dependencia o dificultad para relacionarse directamente con otros).

“La Nomofobia”, como le han denominado, significaría fobia a quedarse sin teléfono móvil. Quienes lo plantean en estos términos lo hacen en base a dos de las características principales que comparten los trastornos fóbicos: miedo a alguna situación y evitación de la situación temida. La especialista nos enumera algunos de sus síntomas:

  • Miedo extremo e irracional a prescindir de este aparato y sus ventajas.
  • Evitación de quedarse sin él.
  • La persona no sale de casa si no puede llevarlo consigo y si lo hace experimenta sensación de estar desconectado, aislado, en desventaja, hasta vivencia de desprotección y vulnerabilidad que pudiese llegar a lo panicoso.
  • No se desprende de su celular, experimenta ansiedad cuando cree extraviarlo.
  • Se encuentra hiperalerta a sus mensajes y/o lo consulta innumerables veces.
  • No logra pasar una jornada sin consultarlo.
  • Puede presentar aumento de ansiedad en lugares sin red o señal.
  • Evita quedarse sin saldo o carga, por lo verifica su nivel de carga o porta consigo cargador.
  • Se dificulta la concentración en una tarea, desatendiendo a sus labores escolares, académicas, de casa, laborales por el tiempo invertido en el uso de celular.
  • Se irrita cuando es interrumpido, pudiendo reaccionar agresivamente.

“Estos síntomas que acabo de señalar son en base a observaciones y encuestas, pero aún no están sistematizados a través de estudios formales en base a metodología científica que permitan su inclusión como entidad diagnóstica en la actualidad”, precisa Badilla.

¿Cuál es el tratamiento recomendado?

Primero se requiere de la conciencia y/o noción de haber establecido una relación alterada con el celular y de sus consecuencias no deseadas. Junto a ello, tiene que existir la intensión de intervenir este aprendizaje erróneo. Se sugiere ayuda profesional cuando la persona no logra intervenirlo por sí misma y cuando desea explorar y trabajar en aquellas variables psicológicas que intervienen en la adopción y mantención de este comportamiento.

“En ambas instancias, es importante trabajar a nivel de conducta, interviniendo el patrón conductual disfuncional, debilitando asociaciones y aprendizajes incorporados a la rutina en relación a su mal uso. Generando, así, comportamientos alternativos más adaptativos”, explica Claudia Badilla, Psicóloga de Clínica Ciudad del Mar.

Algunos consejos para no padecer Nomofobia:

  • Orientarse a la búsqueda de sentido vital, que es lo que genera sensación de seguridad y libertad.
  • Utilizar las utilidades de su celular, incorporándolo a su vida manteniendo el control interno; evitando estructurar su vida en función del celular que puede pasar a ser un controlador externo.
  • Mantener el uso de notas, reloj, y otro tipo de recordatorios que no obligue a acudir al celular a cada momento.
  • Silenciar chat mientras realizan actividades que requieren concentración como el estudio, trabajo, conducción de automóvil, o dedicación como la alimentación, el descanso y el compartir con la familia.
  • Proponerse pasar tiempo desconectados, esto en un inicio puede por breves espacios y luego aumentar en forma gradual.
  • Tolerar salir sin celular.
  • Manejar pensamientos ansiosos.
  • Atender a los niños. El modelo adulto es fundamental ya que éstos incorporan patrones de comportamiento a través de los procesos de identificación e imitación de los padres. Controlar los tiempos de uso de la tecnología, en general, de acuerdo a su edad. Enseñarles formas de disfrutar sin el uso de tecnología