La relación con el uso de teléfonos inteligentes suele ser diversa: puede tratarse de una conducta más dentro del grupo de trastornos ansiosos (relacionado con temor, inseguridad, aprensión de base); tratarse como un tipo de dependencia o adicción (cuando pasa a ser una necesidad derivada de sus efectos en el organismo, por su carácter lúdico y placentero ligado al uso de videojuegos, que el paciente no logra postergar); o bien una conducta más, parte de algunos tipos de trastornos de personalidad (relacionado con dificultades en la conformación de identidad personal, necesidad de pertenencia, dependencia o dificultad para relacionarse directamente con otros).
“La Nomofobia”, como le han denominado, significaría fobia a quedarse sin teléfono móvil. Quienes lo plantean en estos términos lo hacen en base a dos de las características principales que comparten los trastornos fóbicos: miedo a alguna situación y evitación de la situación temida. La especialista nos enumera algunos de sus síntomas:
“Estos síntomas que acabo de señalar son en base a observaciones y encuestas, pero aún no están sistematizados a través de estudios formales en base a metodología científica que permitan su inclusión como entidad diagnóstica en la actualidad”, precisa Badilla.
¿Cuál es el tratamiento recomendado?
Primero se requiere de la conciencia y/o noción de haber establecido una relación alterada con el celular y de sus consecuencias no deseadas. Junto a ello, tiene que existir la intensión de intervenir este aprendizaje erróneo. Se sugiere ayuda profesional cuando la persona no logra intervenirlo por sí misma y cuando desea explorar y trabajar en aquellas variables psicológicas que intervienen en la adopción y mantención de este comportamiento.
“En ambas instancias, es importante trabajar a nivel de conducta, interviniendo el patrón conductual disfuncional, debilitando asociaciones y aprendizajes incorporados a la rutina en relación a su mal uso. Generando, así, comportamientos alternativos más adaptativos”, explica Claudia Badilla, Psicóloga de Clínica Ciudad del Mar.
Algunos consejos para no padecer Nomofobia: