No presionarse y estar en compañía, entre las claves para superar una crisis

Como se ha informado, más de 12.500 personas se han visto con la difícil realidad de quedar sin nada de un momento a otro. Como nos explica la profesional, “la magnitud del evento, el impacto en las personas y el carácter repentino de los acontecimientos catastróficos, junto a la imposibilidad de predecir su desenlace, lleva a la gente a responder con ansiedad, pudiendo algunas de ellas presentar crisis emocionales cuando percibe que sus recursos para adaptarse resultan insuficientes.”

Esta situación de crisis se vive como un estado de desequilibrio, que puede demorar un tiempo en restablecerse,  hasta que las personas logran un nuevo estado de equilibrio y adaptación, lo que no necesariamente implica retomar la vida tal cual estaba antes de sufrir la catástrofe. Hay que tener en cuenta que las crisis incorporan cambios en nuestro sistema de comportamiento que muchas veces resultan ventajosos, ya que permiten descubrir o desarrollar nuevos recursos adaptativos y salir fortalecido.

Algunos consejos

A continuación la Psicóloga de Clínica Ciudad del Mar, Claudia Badilla, entrega algunos consejos para salir adelante:

  • Confiar en que la ansiedad es una respuesta adaptativa y que normalmente tiende a bajar espontáneamente. Por lo tanto mantener la calma, para no llegar al pánico.
  • Asumir un rol activo en el proceso de recuperación, que parte por identificar y validar nuestras emociones.
  • Contar la experiencia, incorporando tanto los acontecimientos como el contenido emocional, constituye un ejercicio  que facilita no solo la catarsis emocional, sino también el proceso mental de asimilación de la experiencia, acomodación del sistema de comportamiento, y con ello el logro de reequilibrio y adaptación.
  • Poco a poco, pese al dolor y las pérdidas, la persona puede  ir incorporándose  a la rutina habitual, sin exigirse, respetando el tiempo individual, centrándose primero en  lo inmediato, en aquello que sí se puede hacer en el contexto actual.
  • Restablecer hábitos básicos alimentación y sueño.
  • Retomar tratamientos médicos y psiquiátricos si fueron suspendidos.
  • Evitar pensar en lo que “pudo haber ocurrido”, esto pasa a ser un estresor interno.
  • Propiciar actividades gratificantes junto a figuras significativas.
  • La perturbación emocional, cognitiva y conductual, así como los síntomas somáticos tras haber vivido una situación de estrés es un estado temporal, sin embargo si la sintomatología se mantiene en intensidad más allá de un mes debe consultar a especialista. (Psicólogo, psiquiatra, neurólogo, médico de confianza).
  • Es importante el seguimiento durante los 6 primeros meses, ya que los síntomas de estrés  postraumático puede aparecer de manera demorada. Algunas personas con posterioridad pueden  desarrollar trastornos adaptativos o del estado de ánimo;  recuperar hábitos como el alcoholismo, adicciones.

Ayudemos a los más pequeños

La manifestación de la ansiedad en los niños es diferente a la de los adultos, pudiendo presentar síntomas como inquietud psicomotriz, intranquilidad, problemas conductuales, para concentrarse, aumento de ingesta, onicofagia, tics, sobredependencia física de los padres, temor a separarse o dormir solos, insomnio y conductas regresivas, entre otras. La profesional nos da algunos consejos para darles apoyo:

  • Evitar castigos y facilitar actividades para canalizar esa ansiedad, dejarlos jugar.
  • El adulto, a través de su actitud y discurso, debe ir mediatizando la experiencia al niño, con el fin de facilitar la comprensión y adaptación.
  • Mantener el autocontrol, manifestar la preocupación por la situación y emociones, evitando trasmitir desesperación, pesimismo.
  • Dar seguridad, contención física (abrazo) y emocional e instrucciones  certeras.
  • Informar de manera simple, acorde a su nivel de desarrollo y veraz como se generan los incendios (en este caso), a partir de información que ellos ya manejan.
  • Estar dispuesto a responder las dudas más de una vez, la repetición es importante para asimilar contenidos emocionales.
  • Orientar la conversación en lo que se puede hacer y no ampliar en consecuencias y aspectos que lo hagan sentir inseguros y vulnerables. Reforzar logros.
  • Facilitar la expresión y elaboración de contenidos mediante el dibujo, creación de  cuentos y el juego compartido.
  • Prometer lo que se puede cumplir: mostrarles que como adultos hemos pensado en su seguridad.
  • Pueden haber sentimientos de culpa asociada a algo que puede haber hecho mal y vivirlo como un castigo. Aclararle que nadie quiso que esto pasara y no es su culpa.
  • Validar sus emociones, no negarlas e ir enseñándoles a redefinir en positivo situaciones adversas. Esto permite desarrollar la resiliencia y sentido de esperanza.
  • Estar atentos a que si los síntomas persisten por semanas posteriores al hecho, al igual que en adultos se debe consultar a especialista.