Los dientes son fundamentales para el funcionamiento del organismo, ya que ayudan al proceso de alimentación y comunicación. Estos comienzan a aparecer los primeros meses de vida, por lo que es importante saber los cuidados que se deben tener con estas piezas en la niñez.
Si bien la aparición de los dientes es un hito con amplia variabilidad, en general, comienzan a salir desde los 6 meses de vida. Inicialmente, suelen brotar los incisivos centrales inferiores, seguidos de los superiores, luego los premolares, caninos y molares. El cuidado dental en esta etapa es muy importante, ya que, a pesar de ser elementos transitorios, tienen la función de mantener los espacios para los definitivos.
La Dra. Andrea Escobar, pediatra de Clínica Ciudad del Mar, señala: “Los síntomas que pueden presentar los menores cuando comienzan a aparecer los dientes son irritabilidad, salivar en mayor cantidad y morder cosas con frecuencia. En caso de presentar fiebre, se deben buscar otras causas como un cuadro viral incipiente, ya que la asociación entre dentición y fiebre no se ha podido demostrar con claridad”.
No es recomendable el uso de geles anestésicos para la dentición, puesto que contienen compuestos peligrosos como la benzocaína. Lo más adecuado, es aplicar medidas no farmacológicas, ya sea mordedores firmes y fríos, o simplemente masajear sus encías. Sólo en casos puntuales el pediatra podría indicar un analgésico como el paracetamol.
La especialista explica: “El consenso actual sobre el cuidado dental para menores es indicar el aseo con cepillo y pasta fluorada desde la aparición de los primeros dientes. La concentración necesaria es entre 1.000 a 1.100 ppm (partes por millón), por lo que es necesario revisar la rotulación y confirmar si es la pasta adecuada. Respecto a la cantidad, se recomienda usar el equivalente a medio grano de arroz, con una frecuencia de dos veces al día”.
Por otra parte, el uso de chupete tiene diversos efectos y muchas veces controversiales. Por ejemplo, está demostrado que es un factor que reduce el riesgo de muerte súbita en los primeros meses de vida, pero, por otro lado, podría afectar el correcto desarrollo óseo, con consecuencias a nivel dental, respiratorio, habla, entre otros, lo que se acentúa con la edad. Lo ideal es evitar o limitar el chupete a períodos acotados de tiempo, en momentos de estrés, retirándolo en lo posible en ambientes controlados como durante el sueño o jugando en casa.
La aparición de los dientes no es requisito para iniciar la alimentación complementaria. La textura de la comida debe ir progresando con la edad, al inicio será tipo papilla o bien alimentos blandos, que se deshagan con las encías o entre la lengua y el paladar.
Al llegar al año de vida, los niños suelen estar listos para recibir nutrición con textura picada, si es que no la han recibido antes. Esto significa la incorporación a la alimentación familiar. Se debe tener en cuenta que favorecer la masticación es una forma más de estimulación del desarrollo, pero es importante informarse con los pediatras acerca de los productos peligrosos para el consumo en esta etapa como los frutos secos enteros antes de los 4 años.
Finalmente, la Dra. Escobar agrega: “Las sociedades científicas recomiendan asistir a un control dental preventivo entre la salida de los primeros dientes y el año de vida. Esta consulta tiene como principal objetivo la educación y prevención de patologías dentales. En otras ocasiones, se pueden pesquisar problemas menos frecuentes como alteraciones en el esmalte, patologías del frenillo sublingual, entre otros”.