Niños e invierno: ¿Cuáles son las enfermedades más comunes?

Durante estos meses aumenta notoriamente la circulación de ciertos virus, acrecentando la probabilidad de que se desarrollen algunas enfermedades, especialmente en los más pequeños. 

La Dra. Andrea Escobar, pediatra de Clínica Ciudad del Mar, explica: “Este fenómeno sucede debido a la tendencia de realizar actividades sociales en lugares cerrados durante los meses más fríos, lo que facilita la transmisión de partículas virales entre personas, en especial, mediante gotitas que se expulsan durante las conversaciones, tos o estornudos”. 

Por otro lado, las bajas temperaturas podrían facilitar la sobrevida de estos microorganismos, además de interferir con el óptimo funcionamiento del sistema defensivo de las personas. 

La especialista señala que la enfermedad más prevalente en niños durante esta época, es el resfriado común, también conocido como rinofaringitis aguda. Sus síntomas son leves y consisten en congestión y secreción nasal, estornudos, dolor de garganta, tos, leve decaimiento y fiebre baja o moderada. Es causado por diversos virus respiratorios, principalmente, el rinovirus y su recuperación es espontánea en pocos días. 

Adicionalmente, existen otros diagnósticos que se pueden encontrar con frecuencia en este período:

  • Bronquitis: Consiste en la inflamación de los bronquios, principalmente por causa viral, y puede manifestarse con tos frecuente, muchas veces con secreciones y en ocasiones con obstrucción. Su gravedad abarca desde casos leves hasta severos, que cursan con dificultad respiratoria e incluso requieren hospitalización. 
  • Laringitis: Corresponde a la inflamación de la laringe, también por causa viral. Se presenta con disfonía y tos seca, en algunas ocasiones acompañada de otros síntomas como secreción nasal o dolor de garganta. Su severidad es muy variable y a veces requiere tratamiento específico.
  • Otitis: Se refiere a la inflamación del oído medio y es más frecuente en niños menores de 2 años. Es de causa bacteriana y se presenta con dolor asociado a fiebre. Casi siempre es precedido por un cuadro viral y, producto de la inflamación de la mucosa respiratoria alta, se produce la sobreinfección. Se diagnostica mediante otoscopia, constatando tímpanos enrojecidos, opacos y abombados. Según el caso, se puede indicar observación y seguimiento clínico o antibióticos. 
  • Sinusitis: Inflamación de los senos paranasales, que son cavidades dentro de los huesos de la cara. De forma similar a la otitis, aparece como complicación de un resfriado que se extiende más de lo esperado, por ejemplo, ante la presencia de secreciones o congestión nasal persistentes por más de 10 días, acompañados de dolor de cabeza frontal y mal aliento en algunos casos. Con un examen físico, es posible proponer el diagnóstico e indicar una terapia adecuada. 

“La mayoría de estas condiciones cursan en forma benigna y autolimitada. Los tratamientos que indicamos son básicamente para aliviar síntomas y no para tratar la enfermedad de base que, al ser viral en la gran mayoría de los casos, escapa a las posibilidades terapéuticas. Por otro lado, algunas de estas enfermedades se manifiestan de forma severa desde el comienzo. Esto podría ocurrir, por ejemplo, con una gripe o influenza, que se presenta como un resfriado, pero de gran intensidad. También, puede suceder con una laringitis o una bronquitis obstructiva, que rápidamente generan dificultad respiratoria”, menciona la Dra. Escobar.

Lo habitual es que los niños tengan entre 4 y 10 eventos por año. En la práctica, existe la sensación de que se sanan de un evento y comienzan el siguiente, pero esto es esperable y normal. Existe un pequeño grupo de menores que tienen más riesgo de enfermar o de presentar una evolución más compleja que los demás, esto incluye a los nacidos prematuros, aquellos con enfermedades respiratorias de base, cardiopatías, inmunodeficiencias o usuarios de fármacos inmunosupresores. 

Finalmente, la profesional indica que las medidas básicas de prevención son evitar que los escolares asistan al colegio cuando tengan síntomas respiratorios, para prevenir la propagación viral, reforzar el lavado de manos frecuente y no concurrir a reuniones donde se genere hacinamiento en espacios no ventilados. Además, es necesario acudir con un profesional cuando el menor presente:

  • Decaimiento marcado
  • Fiebre alta sobre 39° C o que dure más de 3 días
  • Dificultad para respirar con hundimiento de costillas, silbido al respirar y/o sensación de falta de aire