Marisel Araya y Rubén Muñoz, un matrimonio de médicos de la V Región, fueron hospitalizados en Clínica Ciudad del Mar como consecuencia de una neumonía aguda tras contraer COVID-19. Conoce el relato de esta pareja.
En su rol de infectólogo, Rubén fue uno de los protagonistas en la lucha contra el coronavirus. A pesar de su conocimiento sobre la enfermedad y de todos los resguardos que tomó, se contagió tras atender pacientes que venían de un buque panameño. Su esposa también se contagió y la condición de salud de ambos empeoró, debiendo ser hospitalizados. Marisel fue conectada a ventilación mecánica de inmediato y Rubén fue sometido al mismo tratamiento días después, estando grave en la UCI. “El COVID-19 le puede dar a cualquiera y nosotros como médicos estamos mucho más expuestos”, señala Rubén.
“Si la atención de pacientes con COVID-19 ya es compleja de por sí, haber tratado a estos queridos colegas involucró una carga emocional adicional. El trabajo de todo nuestro equipo humano fue crucial en apoyarles en los momentos más críticos, y en su recuperación posterior”, relata el Dr. Alejandro Guerra, médico Coordinador de la Unidad de Pacientes Críticos de la Clínica.
Gracias a los cuidados del equipo médico y técnico de la clínica, progresaron positivamente y, apenas sus condiciones mejoraron, fueron trasladados a una habitación doble, lo que el matrimonio reconoce “fue muy tranquilizador para nosotros”.
Tras 27 días hospitalizado, Rubén fue el primero en ser dado de alta, el 15 de junio. “Quiero agradecer al equipo médico de Clínica Ciudad del Mar, especialmente al Dr. Alejandro Guerra y a Denise Aguilera, la enfermera coordinadora de la Unidad de Pacientes Críticos, por todo el apoyo y por todos los cuidados que nos brindaron. También agradecer a los paramédicos, kinesiólogos, incluso al personal de aseo que nos dio mucho apoyo, no sólo técnico, sino también afectivo. Nos subían el ánimo, nos tiraban para arriba y eso nos permitió avanzar rápidamente”, afirma.
Marisel, por su parte, continuó hospitalizada y en rehabilitación hasta el 26 de junio. “Llegar a un lugar confiable es la mejor opción. Estuve hospitalizada grave, conectada a ventilación mecánica, es una experiencia que nadie quiere vivir. Mi marido eligió la clínica. La confianza de él en el equipo médico, la experiencia y el acceso a interconsultores, fue determinante en la decisión”, relata Marisel.
“Quiero agradecer la calidad humana del equipo de la clínica. Me sorprendió que a pesar del estrés que impone la contingencia, siempre se dieron el tiempo de regalarme una sonrisa o una palabra de aliento. Mi mensaje para las personas es que mantengan el aislamiento social, las medidas de prevención establecidas y, aunque tengan PCR negativo, si aumentan los síntomas respiratorios consulten”, comenta la doctora quien, ahora desde casa, junto a su esposo y familia, continúa recuperándose.