Fiorella Olfos, de 3 años, fue sometida a una amigdalectomía para solucionar su dificultad respiratoria.
Su madre, Karina Rosso, especialista en Neurología infantil de Clínica Ciudad del Mar, notó que la pequeña roncaba bastante hace más de un año. En marzo del año pasado, al finalizar algunas restricciones por el COVID-19, Fiorella entró al colegio, comenzando a tener resfriados recurrentes, llegando a presentar 12 episodios aproximadamente durante un año.
“Cada vez que se resfriaba, esto le producía ronquidos e incluso apneas. Respiraba por la boca en la noche y se notaba que realizaba un esfuerzo pese a que yo, con conocimientos de medicina del sueño, hice algunas maniobras de posición como elevar la cabecera de la cama, evitar que se acostara de espalda y tratamiento antialérgico, pero seguía con un mal dormir”, explica la mamá.
Fiorella empeoraba con cada resfriado, lo que llevó a que consultaran con el Dr. Cristián Bachelet, otorrinolaringólogo de Clínica Ciudad del Mar, quien le indicó tratamientos con corticoides nasales para evaluar cómo seguían los síntomas. Tras notar una mejoría, presentó complicaciones por el medicamento, por lo que buscaron una nueva alternativa.
Con el apoyo de la Dra. Karina Michea, pediatra, realizaron una radiografía, la cual arrojó que el espacio de las vías aéreas -que permiten el paso del aire–, estaba muy disminuido debido al tamaño de sus adenoides, escenario ante el cual lo más recomendable era hacer una cirugía. Esta situación hizo que como familia decidieran que Fiorella fuera intervenida.
“Yo sé que es una cirugía que no tiene grandes complicaciones, pero como madre igual me costó asumir que mi hija fuera sometida a una operación y postergamos un poco la decisión por su corta edad. El Dr. Bachelet nos explicó que era una intervención de bajo riesgo, por lo que finalmente decidimos operarla y su cirugía se realizó el 28 de diciembre, una buena fecha, ya que pudimos planificar la cirugía en vacaciones y tener menor actividad laboral”, agrega.
Karina cuenta que luego de este procedimiento, Fiorella inmediatamente mejoró. Menciona que estaba acostumbrada a escuchar su respiración, incluso teniendo la puerta de su habitación cerrada. Gracias a la operación, dejó de mantener la boca abierta durante la noche y se notaba que ya no realizaba un esfuerzo para respirar. No tuvo mayores complicaciones y con analgésicos y helado pasaron las molestias asociadas a la cirugía
“El equipo médico de la Unidad de Pabellón de Centro Médico Bosques fue muy acogedor y comprensivos en la sala de preparación y recuperación. Le pasaron una Tablet a mi hija, y le mostraron un video explicativo sobre todo el proceso, lo que forma parte del programa de acompañamiento a pacientes pediátricos y sus familias”, expresa.
Finalmente, la madre de Fiorella agrega: “El procedimiento fue muy rápido, la cirugía duró menos de una hora y la recuperación fue de máximo 5 horas. Entramos a las 08:00 y a las 14:00 ya íbamos camino a la casa, gracias a que es un procedimiento ambulatorio. Mi hija volvió a ser la niña de antes; se recuperó completamente”.