El exceso de exposición al sol durante todo el año, suele traer consigo problemas en la salud de la piel. Los lunares son muy comunes y se pueden ver afectados por los rayos UV, no solo en verano, sino que en todas las estaciones, por lo que deben ser observados constantemente.
La Dra. Carmen Gloria Fuentes, dermatóloga de Clínica Ciudad del Mar, explica: “Los lunares son tumores, es decir, lesiones originadas por el crecimiento autónomo de una célula llamada melanocito, ubicada en la epidermis de la piel. Existen diversos tipos y modos de clasificarlos: de acuerdo a la edad de aparición, tamaño, forma, entre otros, pero desde el punto de vista práctico, lo más importante es saber si son benignos o malignos, ya que estos últimos pueden generar cáncer”.
Los benignos, generalmente, son bastante estables en el tiempo en cuanto a forma, color y síntomas. Sucede lo contrario en el caso de los malignos. Para identificar de manera más fácil un lunar sospechoso, existe el “ABCDE” como regla para evaluar si se debe tener más atención:
“Se debe acudir a un profesional frente a un lunar sintomático, que haya cambiado o aparecido de repente, y se aconseja seguir el método del patito feo, el cual consiste en tener en consideración un lunar que se vea de manera distinta a los otros que están cerca. Esta manifestación se puede desarrollar en cualquier época del año, por lo que es fundamental seguir cuidando la piel a pesar de no estar en verano. Además, se recomienda realizar un control anual con un dermatólogo”, indica la especialista.
Las principales causas para que se desarrolle este tumor maligno son:
Existen diversos tratamientos para combatir esta enfermedad; el primero es la extirpación quirúrgica, en la cual se saca una muestra y es enviada a biopsia. Si se confirma que es maligno, un oncólogo evaluará el tejido para ver si se debe ampliar márgenes, extirpar ganglios o someter al paciente a terapias con medicamentos biológicos, las cuales actualmente han evolucionado y mejorado el pronóstico.
Finalmente, la dermatóloga agrega: “Es muy importante tratar estos lunares malignos a tiempo, puesto que se pueden diseminar las células cancerosas a través de la sangre y ganglios, logrando viajar e instalarse a otros órganos como cerebro, hígado, entre otros. Sin embargo, se pueden prevenir evitando el exceso de sol y las insolaciones en todas las temporadas estacionales, ya que son el antecedente más importante para desarrollar melanoma”.