El lumbago se define como la dolencia que se localiza entre las últimas costillas y el pliegue de la rodilla. Cuando se asocia con molestia a una pierna se habla de dolor lumbociática. Es agudo cuando su duración es de 6 semanas o es crónico cuando aumenta de los 3 meses. Actualmente, es la consulta más frecuente en la actividad neuroquirúrgica y traumatológica.
El Dr. Octavio Arriagada, neurocirujano de Clínica Ciudad del Mar, señala: “Las causas pueden ser múltiples, generándose en cualquier estructura anatómica, es decir, musculatura, articulaciones, ligamentos, discos intervertebrales, entre otras partes, pero aproximadamente, un 85% de los pacientes no tienen una correlación con los daños a estas zonas”.
El desarrollo de este síndrome está influenciado por:
“La terapia e intervención quirúrgica dependerá de la causa. Generalmente, es un cuadro autolimitado donde el 70% de los pacientes mejora a la tercera semana y el 90% estará bien a la sexta, independiente de las intervenciones que se hagan. Se debe consultar cuando existan antecedentes de traumas recientes o algún cáncer, uso de corticoides, presencia de osteoporosis, baja de peso no explicada y persistencia de sintomatología en el tiempo”, indica el especialista.
El Dr. Arriagada explica que el tratamiento está dirigido a eliminar el dolor, evitar las recaídas y la cronicidad del problema. La mayoría de las veces se considera el uso de algún analgésico-antiinflamatorio, relajante muscular y disminuir actividades de sobrecarga física temporalmente. Una vez controlado, se deberá considerar un cambio en el estilo de vida, incorporando acondicionamiento físico dirigido orientado por un kinesiólogo, lo que mejorará la tolerancia a las actividades diarias que generan sobrecarga física y mental.
La presencia de una hernia de núcleo pulposo requiere inicialmente las mismas recomendaciones anteriores, pero la persistencia y grave intensidad del dolor puede requerir intervención quirúrgica, siempre que se no tenga buen resultado el tratamiento médico.
“Las personas de tercera edad pueden presentar algún tipo de lumbago específico que se asocia a incapacidad para realizar actividades físicas, como caminar pequeñas distancias y que se alivian en reposo. Esto los autolimita a restringirse de todo tipo de ejercicio que requiera desplazarse. Lo más importante es consultar a tiempo con un profesional para obtener un tratamiento oportuno”, agrega el neurocirujano.