La importancia del buen dormir es evidente. Un tercio del día se lo dedicamos a esta actividad, la cual, garantiza una vida saludable y el desempeño óptimo en nuestras actividades. Es por ello que la Asociación Mundial de Medicina del Sueño (WASM, en inglés), celebra cada 15 de marzo la importancia del descanso nocturno.
Suplir esta necesidad es vital para toda persona y, si se realiza de forma ordenada, se puede manifestar positivamente en nuestro organismo, asegurando el bienestar físico y mental. “Durante el sueño ocurren fenómenos de consolidación de la memoria y el aprendizaje, secreción de hormonas, mecanismos de reparación a nivel celular en tejidos con lesiones por enfermedades o sobre exigencia y recuperación de energía”, señala Enzo Rivera, neurólogo de la Clínica Ciudad del Mar.
No necesariamente el buen dormir se vincula con el número de horas que invertimos en ello, más bien, es producto de las prácticas de la persona durante el día. Los especialistas proponen mantener un horario regular para acostarse; evitar comer, fumar o beber alcohol; no realizar actividad física excesiva antes del sueño, entre otras cosas.
“Las consecuencias del mal dormir son muchas, entre ellas, las más características son: mal rendimiento, trastornos del ánimo (irritabilidad, depresión), hipertensión arterial y patología coronaria”, indica Rivera.
En caso de dormir mal, los especialistas recomiendan verificar si el paciente cumple con las medidas de higiene del sueño (horario, comidas, ejercicio), realizar técnicas de relajación y no auto medicarse. “Generalmente se recomienda esperar dos semanas, puesto que muchas veces estos problemas son producto de estrés laboral, académico o dolores agudos”, señala el neurólogo.