La llegada de un niño cambia la vida de toda mujer, pues al convertirse en madre se ve enfrentada a un nuevo mundo. La alimentación es uno de los aspectos que genera dudas e incertidumbre, sobre todo a la hora del amamantamiento. En este sentido, consejos van, consejos vienen, ¿cuáles son los más efectivos? La Dra. Paula Gajardo, neonatóloga y Coordinadora de la UCI Neonatológica de Clínica Ciudad del Mar, explica sobre los beneficios de la lactancia materna, tanto para la madre como para el hijo.
Muchas futuras mamás cambian hábitos para mejorar sus estilos de vida cuando se enfrentan al embarazo. Dejar el cigarro, aumentar la actividad física y mejorar la alimentación son algunos de los más significativos para favorecer un sano crecimiento de su hijo. No obstante, una de las formas más naturales de contribuir al crecimiento y desarrollo del menor es mediante la lactancia.
La leche materna es el alimento más completo que una madre puede otorgar a su hijo en la primera etapa de la vida, pues no sólo contiene los nutrientes necesarios para un óptimo crecimiento, sino que además aporta sustancias que contribuyen al desarrollo de su sistema inmunológico.
“La lactancia materna favorece y fortalece un vínculo y apego sólido entre madre e hijo, propicia el desarrollo cognitivo y motor de los menores, y reduce la incidencia de enfermedades, tanto en la infancia como en la adultez”, destaca la neonatóloga de Clínica Ciudad del Mar, Dra. Paula Gajardo.
Beneficios y ventajas
La Organización Mundial de la Salud es enfática en recomendar este amamantamiento para las guaguas durante los primeros seis meses de vida y hasta los dos o años o más. Esto pues es una de las maneras más efectivas de cuidado de la salud de los niños.
Y es que la leche materna ha demostrado ser un gran aporte por sobre el clásico “relleno”. Entre sus mayores beneficios está la entrega de nutrientes como los hidratos de carbono, proteínas y lípidos, incluyendo una correcta combinación de electrolitos como el sodio, cloro, potasio y calcio además de anticuerpos o inmunoglobulinas que permiten que el neonato pueda presentar defensas contra patógenos respiratorios y defensivos.
Por ello es que la doctora Gajardo aconseja que la alimentación sea a libre demanda en los primeros meses de vida, pues el principal estímulo para la producción láctea es la succión del bebé. “Mientras más veces tome leche del pecho de su madre, mayor cantidad de ésta producirá. El volumen lácteo se ajusta a lo que el niño toma y a las veces al día que succione”, explica.
Además de las ganancias para el organismo del bebé, la lactancia también es beneficiosa para la madre, pues ayuda en la recuperación del peso previo al embarazo, dado que se queman más calorías; favorece la involución uterina, disminuyendo las hemorragias post parto; existen menos probabilidades de desarrollar cáncer de mamas y de ovarios; permite afianzar los lazos familiares, ya que por efecto de las hormonas de la lactancia es capaz de mantener la calma, a pesar del sobrecargo de actividades; entre otros.
Consejos para dar pecho
“El amamantar a los hijos es una experiencia que se debe aprovechar al máximo, pues se estimula la relación entre la madre y el niño. Por eso es esencial saber cómo hacerlo de la mejor manera para sacar el mayor provecho”, sostiene la doctora Paula Gajardo.
De esta manera, la especialista explica la manera correcta de dar pecho mediante una serie de recomendaciones:
Una correcta técnica de amamantamiento debe ser con el pezón y aréola completamente introducidos dentro de la boca del lactante, con apoyo de nariz y mentón sobre la mama, labios separados (casi formando un ángulo de 180 grados) y mejillas llenas durante la succión. Esto disminuye la posibilidad de tragar aire.
“La importancia de la lactancia materna para el desarrollo de los niños es indudable, por ello es esencial educar a las futuras madres respecto a esta técnica, aclarando las dudas e inquietudes que se puedan presentar”, puntualiza la neonatóloga de Clínica Ciudad del Mar.