Recibir un diagnóstico de cáncer supone un fuerte impacto emocional, tanto para el paciente como para su entorno. Esto por las características de la enfermedad, sus tratamientos y porque comúnmente se asocia a malestar, sufrimiento y muerte. Así lo explica María Paz Marín, psicóloga oncológica de Clínica Ciudad del Mar, quien destaca la importancia del acompañamiento y la contención emocional durante todo el proceso.
Con un diagnóstico de cáncer, la vida cotidiana, laboral y social del paciente y su entorno se ven alteradas, lo que provoca múltiples cambios personales y para su núcleo familiar, quienes muchas veces necesitan orientación sobre cómo brindar apoyo, de qué manera adaptarse a esta nueva e inesperada situación y cómo reaccionar ante los cambios físicos y emocionales.
La especialista de Clínica Ciudad del Mar señala que “ante el diagnóstico y su fuerte impacto, es común que algunas personas y familiares reaccionen con incredulidad, miedo, tristeza, rabia y culpa. Desde la psicooncología se entiende que estas reacciones emocionales son normales y favorecen el proceso de adaptación a la enfermedad y sus tratamientos. Sin embargo, cuando se mantienen a largo plazo, interfieren en el funcionamiento cotidiano o en la adherencia a los tratamientos, se vuelven desadaptativas y se hace necesaria una intervención psicológica y/o psiquiátrica”.
María Paz Marín indica que la vivencia de la enfermedad suele ser un proceso largo, el cual consta de distintos momentos a los que el paciente se ve enfrentado y se debe intentar adaptar, por eso es importante ir conociendo las reacciones personales y de su entorno, con el fin de identificar conjuntamente aquellas que aportan a la adaptación y las que interfieren.
En este sentido, la psicooncología es una especialidad fundamental dentro del equipo multidisciplinario que está tratando la enfermedad, ya que todos los aspectos juegan un importante rol para el bienestar de la persona e influyen en cómo vivirá todo el proceso.
La psicóloga de Clínica Ciudad del Mar recomienda a sus pacientes ser activos en su tratamiento, informándose con los profesionales tratantes y resolviendo oportunamente sus inquietudes. Asimismo, es importante que tanto el paciente como su familia comprendan que las emociones son parte del proceso de adaptación, por lo tanto, son válidas, necesarias y normales.
“Es relevante pedir ayuda si se necesita, tomarse el tiempo para comprender y adaptarse, buscar apoyo, además de transmitir necesidades físicas y emocionales al entorno y al equipo. De esta manera, se dará mejor contención, se podrán experimentar emociones positivas y se percibirá la enfermedad de manera menos amenazante”, puntualizó María Paz Marín.
