La importancia de la lactancia materna

A menos de un mes que termine la campaña “Elige amamantar”, lanzada por el Ministerio de Salud, es importante saber cuáles son sus beneficios y por qué se recomienda tomarla. La leche materna es un fluido cambiante que se va adaptando a los requerimientos del lactante a través del tiempo. Contiene elementos inmunológicos como lactoferrina, inmunoglobulinas, lisozima y células linfocítas que permiten al niño defenderse de agentes patógenos medioambientales.

Según la Dra. Paula Gajardo, médico coordinador de UCI Neonatológica de Clínica Ciudad del Mar, “la leche materna proporciona nutrientes necesarios para que el recién nacido crezca adecuadamente, logrando potenciar sus defensas contra los agentes biológicos a los que tendrá que exponerse durante sus primeros meses de vida”.

Y agrega: “los niños que son alimentados a través del pecho tienen menor incidencia de enfermedades respiratorias tales como neumonía y otitis media; enfermedades infecciosas gastroentestinales y enfermedades alérgicas tales como asma y dematitis atópica”.

Otro de los beneficios es el contacto piel con piel, donde se establece un vínculo seguro entre la madre y su hijo de manera de permitirle un crecimiento armónico, fundado en la seguridad y en el amor de la relación parental. La especialista de Clínica Ciudad del Mar afirma que además de los beneficios nutricionales e inmunológicos, la alimentación a través del pecho promueve el establecimento del vínculo seguro, reduciendo así la incidencia de muerte súbita y favorenciendo el desarrollo cognitivo y motor del menor”.

Debido a los múltiples beneficios, la Organización Mundial de la Salud ha recomendado que la alimentación con leche materna se mantenga en forma exclusiva hasta los seis meses de vida, momento en el que deben comenzar a introducirse alimentos sólidos.

Y así como tiene beneficios para los lactantes, es importante saber que la alimentación a través del pecho también beneficia a la madre en el corto y largo plazo. La Dra. Gajardo señala “que inicialmente se reduce la pérdida de sangre postparto al favorecer una más rápida involución del útero, también se disminuyen las posibilidades de una depresión postparto. Explica que en el largo plazo puede reducir la incidencia de artritis reumatoide, hipertensión arterial, hiperlipemia, diabetes y enfermedades cardiovasculares”.