Niños, personas mayores, embarazadas e inmunodeprimidos en caso de contagiarse podrían tener cuadros más severos.
“Uno de los principales peligros es que estos lugares no cuenten con la debida desinfección, es decir, que no usen la cantidad de cloro y agua para limpiarla, lo que, si es parcial y no está en regla, puede haber mayor proliferación de bacterias”,
comenta el Dr. Marcos Huilcamán, infectólogo de Clínica Ciudad del Mar.
El especialista explica que cuando las piscinas no están correctamente sanitizadas las bacterias pueden sobrevivir más y puede haber más contagios de enfermedades, como diarrea u otro tipo de infecciones. Además, si se tiene una herida puede
provocar celulitis, que es una infección que afecta a la piel y tejidos subcutáneos, e incluso provocar cuadros más complejos.
Los principales patógenos que se pueden encontrar en aguas recreativas son pseudomonas, Escherichia coli, estafilococos, norovirus, entre otros. Los grupos más vulnerables en caso de contraer infecciones y que puedan agravar los cuadros son
niños, personas mayores, embarazadas e inmunodeprimidos.
“El segundo factor tiene que ver con el uso excesivo de cloro, lo que puede causar irritaciones cutáneas, que se ven con bastante frecuencia en la piel o irritaciones oculares en la mucosa y de la zona corneal, entre otros”, dice el doctor Huilcamán.
Otras enfermedades frecuentes que pueden ocurrir durante esta temporada de piscinas, dice el infectólogo, tienen que ver con infecciones óticas o al oído. “En personas que tienen los tímpanos perforados o que quedan con esta área muy húmeda, existe mayor probabilidad de hacer infecciones crónicas por pseudomonas u otras bacterias. Esto puede generar otitis de difícil control y de tratamiento”, advierte.
Asimismo, las infecciones urinarias son unas de las enfermedades recurrentes, comenta el especialista de Clínica Ciudad del Mar: “Al quedarse con ropa húmeda expone a las áreas genitales a generar infecciones, porque genera permeabilidad de los flujos”.
Piscina segura
La recomendación para evitar contagiarse es tratar de bañarse en lugares con un sistema de sanitización periódico el que acredite que es apto para baño. “En las piscinas se puede observar si están limpias o no, por el color, el olor y la cantidad de
gente que se baña por unidad de tiempo”, indica el doctor.
Si es que se van a bañar a menores de edad que usen pañales, sugiere que se prefieran los de goma diseñados para piscinas, y estar constantemente cambiándolos.
Por último, hace un llamado a aquellas personas que estén enfermas a no bañarse, porque pueden infectar a otras personas. Y, también, a ducharse antes y después de usar la piscina, ya que es una buena medida para poder contribuir con la limpieza de
estos lugares recreativos.