El hematoma subdural crónico es un coágulo que se sitúa intracranealmente, y dentro de una membrana que se llama meninge, que recubre el cerebro y se establece en un periodo de tiempo de varias semanas después de haber sufrido un traumatismo craneal. Se manifiesta de manera más habitual en personas mayores, ya que son más sensibles a los golpes o traumas.
El Dr. Arriagada, nos explica que sus causas son “la combinación de un trauma craneal en una persona mayor, cuyo promedio de edad es entre 60 y 70 años, y que, en la mayoría de los casos, posee algún grado de atrofia cerebral, lo que aumenta el espacio subdural existente entre la duramadre y la corteza del cerebro.” Sin embargo, los procesos por los cuales se produce no son muy bien conocidos, pero “posterior a pequeños sangrados, consecuencia del traumatismo, se producirían procesos inflamatorios locales, en los cuales abundan factores relacionados a la coagulación, que permitiría producir posteriores sangrados intermitentes y repetitivos, lo que haría que la acumulación de sangre en ese lugar crezca”, aclaro el especialista de Clínica Ciudad del Mar.
Esta condición puede presentar una variedad de síntomas, los que se pueden confundir fácilmente con alguna otra enfermedad cerebral. Éstos van a depender de la condición de salud en que se encuentra la persona, la velocidad de crecimiento del hematoma y el grado de atrofia cerebral que posee (esto porque podría acumular una mayor cantidad de sangre). Pueden consistir principalmente en: dolor de cabeza persistente y de intensidad progresiva, deterioro de memoria o demencia y deficiencia neurológica, como disminución de fuerzas localizadas.
Una vez que el médico ha observado el cuadro clínico y tiene la sospecha de que se trata de un hematoma subdural crónico, realizará un estudio de imagen con scanner de cerebro o resonancia magnética, para confirmar el diagnóstico. Siempre hay que tener presente que el examen debe ser interpretado por un especialista.
El tratamiento de esta enfermedad “consiste en la evacuación quirúrgica de la sangre acumulada. Esto se realiza a través de una mínima craneotomía en la que se instala un drenaje, el que se deja por algunos días, paraluego ser retirado. Sus resultados son habitualmente muy satisfactorios, restableciendo la condición previa del paciente”, puntualiza el neurocirujano.