“Hay que entender que cada vivencia es personal, porque uno experimenta sus propios miedos”

Karin Villar, de 37 años, fue diagnosticada de cáncer de mama en etapa 2 y hoy se encuentra finalizando su tratamiento contra esta enfermedad. 

No se realizaba el autoexamen de forma habitual, pero un día palpó un bulto en una de sus mamas. Este no le molestaba, pero notó que aquella masa no estaba antes. Se realizó una mamografía y ecotomografía mamaria, que arrojaron imágenes sospechosas, por lo que se indicó la toma de una biopsia. En noviembre de 2021, el resultado del informe fue un carcinoma ductal infiltrante, es decir, cáncer de mama en etapa 2. Aunque el pronóstico era esperanzador, Karin vivió un momento muy difícil, sintió mucho miedo por la enfermedad y el tratamiento. 

En diciembre de 2021, el Dr. Manuel Novajas, cirujano, le instaló el catéter. El 27 del mismo mes fue su primera quimioterapia en el Centro Integral de Oncología. Posteriormente, fue intervenida para luego continuar el tratamiento con hormonoterapia.

“Cuando terminé mi tratamiento, le hice un pequeño reconocimiento al equipo de Oncología. Ellos hacen que la terapia sea más llevadera, se involucran y nos llenan de alegría. Escuchan nuestros miedos y nos acompañan con entrega, regalándonos un entorno tranquilo para recibir el tratamiento. El centro cuenta con un personal profesional y humano, altamente capacitado”, menciona. 

“Cuando llegué a Clínica Ciudad del Mar me atendió la Dra. Marcia Valenzuela, cirujana especialista en patologías mamarias, a quien admiro profundamente por su dedicado trabajo y profesionalismo. El Dr. Eduardo Strube fue mi oncólogo, un excelente profesional, muy empático y siempre buscando lo mejor para sus pacientes. El Dr. Felipe Núñez, ginecólogo oncólogo, también ha sido clave en todo mi proceso”, indica.

Karin señala que esta etapa le ha dejado la gran lección de disfrutar las cosas simples, dar un paso a la vez, y cultivar la solidaridad entre los pacientes, ya que sin conocerse, a veces se transforman en grandes amigos. “Cuando vives este tipo de situaciones. Te relacionas con personas que están pasando por lo mismo”, afirma. Hoy se encuentra a la espera de comenzar con radioterapia para terminar su tratamiento pero confiesa que está feliz, disfrutando con sus seres queridos. 

Finalmente, agrega: “El autoexamen es muy importante, ya que mirar, evaluar cambios de color, bultos, forma del cuerpo o piel, puede marcar la diferencia. Hoy las terapias son más tolerables que antes y hay mucho más apoyo farmacológico para vivirlo de mejor manera. Cada vez hay más avances y tratamientos específicos para cada caso. Es ideal no pasar este proceso solos, hoy hay redes sociales y agrupaciones que te acompañan. Ojalá buscar ayuda psicológica y entender que cada vivencia es personal, porque uno experimenta sus propios miedos”.