Sus manifestaciones se conocen desde la antigua Grecia con diferentes denominaciones. Recién a partir de 1992, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la reconoce como síndrome fibromiálgico. En la actualidad, es una enfermedad bastante frecuente en el mundo.
El Dr. Alejandro Badilla, reumatólogo de Clínica Ciudad del Mar, explica: “La fibromialgia es una patología crónica clasificada en el grupo del sistema osteomuscular y del tejido conectivo. Se presenta casi exclusivamente en mujeres y las causas son desconocidas, sin embargo, algunos casos se relacionan con biografías traumáticas desde la época de la niñez y juventud, antecedentes de accidentes graves, cirugías de columna u hombros y cánceres. Los pacientes en general suelen ser muy perfeccionistas, presentando exigencia de metas y mucho estrés”.
Los principales síntomas de esta enfermedad son:
Mientras antes se trate el circuito de dolor y trastorno del ánimo, mejor pronóstico tiene el paciente. Los dolores persistentes causan modificaciones crónicas en el sistema nervioso central difíciles de modificar. En etapas muy iniciales, es preferible el manejo intensivo con psicólogo y ejercicio, por sobre los fármacos.
El Dr. Badilla, añade: “Algunas personas sin una biografía traumática previa ni una personalidad predisponente, frente a situaciones de estrés crónico desarrollan todos los síntomas de una fibromialgia, pero al sacarlos de ese estado mejoran por completo y logran sanar. Aquellos que cuentan con una estructura de personalidad proclive a desarrollar la enfermedad, la tienen en forma crónica con buenos y malos períodos”.
Para esta patología existe un tratamiento multidisciplinario. El médico de cabecera no necesariamente debe ser un reumatólogo, pero debe tener conocimiento y experiencia en el tema. Fisiatras, neurólogos o internistas tratan a muchos pacientes con fibromialgia, dada la alta prevalencia de la enfermedad.
“Es fundamental contar con una terapia psicológica clínica y estrategia cognitivo-conductual, lo cual permite evitar el uso de medicamentos o reducir las dosis. También, es muy importante el ejercicio físico porque contribuye a mantener los rangos de movilidad y mejorar la sensación de bienestar”, agrega el especialista.
Respecto a lo farmacológico, debe ser manejado adecuadamente para cada paciente. Hay algunos medicamentos que buscan manejar el umbral de molestias a largo plazo y otros que se utilizan cuando el paciente presenta dolor agudo.
Finalmente, el reumatólogo señala: “Aunque se cree que hay un factor hereditario irremediable, hay mucho que uno puede hacer por tratar de vivir una vida en armonía. Las personas con esta enfermedad deben respetar sus tiempos libres y horas de sueño. No complicarse con problemas banales, buscar ayuda en los seres queridos o en un psicólogo. Por otra parte, frente a un dolor que se está haciendo permanente, siempre es recomendable buscar ayuda médica con un profesional”.