Estudios señalan que cerca del 85% de personas que deben usar inhalador, no lo hacen de la manera adecuada. Esto repercute directamente en la cantidad de medicamento que llega a los pulmones y por ende, en el efecto terapéutico esperado para disminuir la obstrucción de la vía aérea.
Las Kinesiólogas Natalia Barría y Magdalena Reyes, del laboratorio de función pulmonar de Clínica Ciudad del Mar, nos señalan cuáles son los errores más frecuentes de la técnica inhalatoria y nos entregan algunos tips para su correcta realización.
Qué tipo de inhaladores existen
Lo primero que hay que señalar, es que son variados los tipos de este producto que existe en el mercado, y cada uno se receta según las necesidades del paciente.
La Kinesióloga Natalia Barría, nos señala que “los más comunes son los de dosis medida, que son los presurizados, más conocidos como “puff”, sin embargo hay otros tipos de inhaladores como los de polvo seco. El que es presurizado es un aerosol, y sale con una gran presión, por lo que necesitamos una aerocámara para utilizarlo, pero es fácil de utilizar, porque no necesito gran fuerza para realizar la inhalación, de hecho, la inhalación no debe hacerse de manera rápida. Por otro lado, el de polvo seco no necesita aerocámara, ya que está diseñado para usarse de manera directa, porque no va con tanta velocidad y no impacta con fuerza en la zona de la boca”.
A la vez, según el tipo de paciente, estos inhaladores se pueden dividir en controladores y de rescate, así lo señala la kinesióloga Magdalena Reyes:
“El controlador, trabaja a nivel de la inflamación de la vía aérea, por lo que no se siente un efecto inmediato, más bien tiene un efecto a largo plazo, por tanto, si llego a suspenderlo después de un tiempo de utilización, me puedo sentir bien los primeros días, pero tarde o temprano se manifestará la inflamación de la vía aérea, presentado síntomas respiratorios nuevamente. Los controladores tienen un horario fijo, establecido, de uso diario y prolongado en el tiempo. En cambio, los inhaladores de rescate actúan a nivel de la musculatura lisa de la vía aérea, provocando relajación de esta, es decir una broncodilatación. Son de efecto inmediato, de hecho hay pacientes que usan el inhalador y empiezan a sentirse mejor al instante, teniendo un peak de acción entre los 15 y 30 minutos, hasta unas 6 u 8 horas de duración dependiendo del medicamento. Éstos se pueden utilizar en situaciones que me provoquen algún tipo un de dificultad respiratoria o falta de aire en el momento, o también por horarios fijos, según indicación médica”
Errores más frecuentes
Entre los errores más frecuentes que se presentan al momento de usar estos dispositivos se encuentra el no batir el inhalador, prescindir de la aerocámara, no hacer la apnea de 10 segundos, o realizar varias pulsaciones seguidas, sin esperar los tiempos recomendados.
Tips para un correcto funcionamiento
Las Kinesiólogas Natalia Barría y Magdalena Reyes de Clínica Ciudad del Mar, nos entregan una lista de cómo usar correctamente nuestro inhalador.
En el caso de los niños pequeños, se deben posicionar en las piernas del adulto, de manera de que la espalda del pequeño quede en contacto con quien le va a propiciar el inhalador, se le pone la aerocámara en la boca y nariz y se espera 10 segundos para que el niño respire tranquilamente toda la fórmula, luego se recomienda enjuagar la boca.
¿Puedo usar el inhalador sin aerocámara?
Muchas personas piensan que la aerocámara sólo es para los niños que aún no saben inspirar el medicamento, sin embargo, las profesionales nos explican que también es necesario para adultos.
“Lo que uno busca es aspirar el medicamento y no que quede en la boca, y la única manera de aspirarlo es poner un espacio entre mi boca y esa presión que sale del inhalador, lo que se logra sólo con la aerocámara, disminuir la velocidad del aerosol. Así no impactará tanto en la boca, y sí podrá llegar a las vías respiratorias, con esto voy a tener menos efectos secundarios y mayor efecto del medicamento”.
Finalmente las kinesiólogas señalan que un uso correcto del inhalador trae como consecuencia la disminución de las crisis, menos visitas a urgencias y hospitalizaciones y por ende, conlleva a una mejor calidad de vida.