La ilusión de tener un hijo es un sentimiento que la mayoría de las personas alberga en sus corazones. Y el embarazo es una etapa muy especial, donde la mujer ―también su pareja y familia― vivirá muchos cambios, físicos y emocionales. En medio de tantos sentimientos y síntomas nuevos es muy común que se presenten distintas interrogantes que en esta ocasión el Dr. Luis Ignacio de la Torre Chamy, gineco-obstetra de Clínica Ciudad del Mar y del Hospital Carlos Van Buren de Valparaíso, explica semana a semana, aportando información y consejos que esperamos sean útiles para todas ustedes.
El embarazo es una gran etapa en la vida de la mujer y de su pareja en la que abundan mitos, especialmente a quienes se enfrentan por primera vez a la maternidad. “Para despejar estas dudas y disipar temores, es fundamental que cada mujer se empodere de su gestación, para que pueda estudiar, aprender y comprender los cambios que se van presentando y de esta forma logre un embarazo pleno y feliz”, indica el especialista de Clínica ciudad del Mar.
Durante los nueve meses de gestación, el cuerpo de la mujer experimenta numerosas transformaciones para atender a las necesidades del bebé que crece en su interior y prepararse para el parto
Primer mes. Muchas mujeres se dan cuenta del embarazo por un atraso menstrual o la aparición de síntomas como sueño, cansancio, náuseas y mareos. Por eso, entre la semana 4 y 6, se hacen un test de embarazo. En esta etapa la mujer debe tomar ácido fólico de 1 mg. al día, suspender el alcohol y el tabaco, y realizarse una ecografía transvaginal. “Las gestantes se sienten bien aunque ya manifiestan un exceso de sueño, conocido también como hipersomnia y una sensación extraña en su estómago como que algunos alimentos les caen mal”, señala el Ginecólogo.
Segundo mes, semana 6 a la 10. Una vez confirmado el embarazo por medio del control médico, los síntomas que tienen las mujeres son las náuseas matutinas, vómitos y malestar gastrointestinal. “Un remedio natural y efectivo para contrarrestar esto es el jengibre, que puede ser complementado con algunos suplementos vitamínicos del complejo B. una buena limonada con jenjibre y menta puede ser bastante refrescante y aliviar parcialmente esas molestosas nauseas”, dice el Dr. De la Torre. En estas semanas la embarazada debe ser examinada epara evaluar su peso y talla, calcular el índice de masa corporal y solicitar un conjunto de exámenes de sangre y orina, para detectar enfermedades como anemia, hipotiroidismo e infecciones urinarias, entre otras.
Tercer mes, semana 11 a 14. Disminuyen las molestias gastrointestinales y los síntomas iniciales. En este período se realiza una ecografía que permite detectar algunas patologías del feto, como el síndrome de Down y algunas condiciones de riesgo para parto prematuro, preeclampsia y restricción del crecimiento fetal. Al finalizar el trimestre, se suspende el ácido fólico y en muchos casos se inicia el suplemento con calcio y fierro.
Cuarto mes, semana 15 a 18. Las embarazadas están nuevamente llenas de energía, por lo que muchas pueden y deben iniciar programas de actividad física. Al final de este periodo comienzan a sentir los movimientos fetales, los que ocurren de forma frecuente, tanto de día como de noche. Algunas sienten mayor pesadez en la región de la pelvis y peso vaginal, que en ocasiones les motivan a consultar de urgencia. “Muchas de estas pacientes refieren una sensación similar a las molestias premenstruales” indica el Dr. de la Torre.
Quinto mes, semana 19 a 23. Las gestantes le traspasan cerca de medio litro de sangre por minuto al útero y la placenta, por lo que pueden fatigarse e incluso desmayarse cuando se levantan muy rápido, o si se mantienen paradas mucho rato o están en espacios cerrados y de altas temperaturas. Ante esto, hay que recostarlas y levantar sus piernas. Para prevenir estos episodios es importante aumentar la ingesta de líquidos, sobre los 2 litros diarios. La vejiga ve disminuida su capacidad, lo que las obliga a orinar más frecuentemente, siendo una recomendación para todas ellas evitar la retención de orina por el riesgo de infecciones urinarias asociadas.
Sexto mes, semana 24 a 28. Las gestantes indican incomodidad, pesadez en las piernas y bastante cansancio. Es ideal que las embarazadas hagan ejercicios, que controlen el aumento de peso (evitando subir más de 1 kg. mensual) y asistir a un control médico para realizar una ecografía de anatomía fetal, para descartar malformaciones. Este examen se conoce como la ecografìa doppler o la 3D. Debe ser realizado antes de las 25 semanas por especialistas certificados en centros acreditados, lo cual permite un diagnóstico certero que nos alerta en caso de enfermedades del feto.
Séptimo mes, semana 29 a 33. Comienzan a aparecer las molestias en la región del tórax por el aumento del tamaño mamario, y también el ardor o picazón en los pezones. Se deben repetir los exámenes sanguíneos y de orina, además del test de tolerancia al azúcar, que permite diagnosticar la diabetes gestacional. Algunas mujeres indican que sienten dolor pélvico y sensación de que el abdomen se endurece, lo que puede ser un indicio de las contracciones de Braxton hicks, que se dan en la noche y duran entre 45 a 60 segundos. “No son muy dolorosas y rara vez vienen más de 3 veces por hora. Los movimientos fetales son más frecuentes e intensos y algunas embarazadas incluso perciben lo que les parece el Hipo de su bebé”, explica el profesional de Clínica Ciudad del Mar.
Octavo mes, semana 34 a 37. En esta etapa corresponde el inicio del descanso prenatal. La disminución de la carga laboral ayuda a aliviar a las madres. Las molestias lumbares se hacen más frecuentes al igual que las contracciones uterinas. En esta etapa se realiza un control médico donde se estima el peso del feto y se verifica que todos los parámetros sean normales, incluida la presión arterial. Es en estas semanas donde las pacientes comienzan a desarrollar ejercicios específicos de preparación para el parto, aprendiendo a controlar la musculatura pelviana, a ejercitarse en la respiración y los pujos.
Noveno mes, semana 38 a 41. El parto puede presentarse en cualquier momento de estas semanas, aunque por lo general se anuncia una semana antes con contracciones más frecuentes, pérdida del tapón mucoso (flujo vaginal café obscuro con un poco de sangre) y por la sensación de peso en la pelvis y la vagina. “Se recomienda acudir al médico semanalmente, donde evaluarán su estado general de salud y la presencia de contracciones o dilatación, lo que puede indicar la inminencia del parto. Esta es un bello momento pues la familia está a punto de crecer con un nuevo integrante y la madre esta expectante al inicio de su trabajo de parto”, nos relata el doctor Ignacio de la Torre.
El dolor en la contracción significa que está llegando el momento esperado. “No deben asustarse, pues se trata de la única ocasión en nuestra vida, donde una sensación dolorosa implica algo positivo. Deben empezar a contarlas, enfocándose en la respiración. Un baño de agua tibia es ideal para relajar la musculatura y tolerar mejor la primera etapa de las contracciones. Si son más seguidas, alcanzando 3 a 4 cada 10 minutos y se mantienen así durante 1 hora es el momento de consultar a la maternidad. Lo mismo deben hacer si pierden abundante líquido por vagina o si sangran”, recuerda el gineco-obstetra de Clínica Ciudad del Mar.
Con la presencia de contracciones y la dilatación ya podemos decir que ¡La espera terminó! Tras 40 semanas, llega el momento del parto y de recibir al nuevo integrante de la familia, que definitivamente cambiará para siempre la vida de sus padres y su entorno. “Esta hermosa experiencia tiene como protagonista a la mujer y su pareja. La labor del equipo médico consiste en un acompañamiento que reduzca los riesgos y las eventuales complicaciones permitiendo que la llegada del nuevo miembro de la familia ocurra con seguridad. Cada parto es diferente y nuestro desafío es poder entregar una experiencia positiva e inolvidable”.