Desde el inicio de la crisis provocada por el virus SARS-CoV-2, los profesionales de esta especialidad han sido claves en el proceso de rehabilitación de los pacientes en Clínica Ciudad del Mar.
La Terapia Ocupacional busca promover el bienestar y la mejora de los niveles de salud, usando como herramienta terapéutica la ocupación, es decir, todas las actividades que realizan las personas en su día a día. Abarca la salud física y mental, buscando a través de diferentes técnicas, que las personas puedan desarrollar las actividades de la vida diaria con el máximo de independencia posible.
Claudia Valenzuela, terapeuta ocupacional y coordinadora del área en Clínica Ciudad del Mar, expone: “El trabajo de nuestro equipo comienza cuando la persona que está intubada, sedada y/o bloqueada neuromuscularmente, comienza a despertar. Empezamos poco a poco a orientar al paciente, comentándole lo que está viviendo y así lograr tranquilizarlo. Luego, nos dedicamos a estimular las funciones básicas tanto cognitiva y motoramente para que puedan lograr su autosuficiencia”.
“Ha sido muy importante poder guiar a los pacientes luego de sus etapas más críticas. Cuando despiertan, muchos quedan desorientados, con déficit motor y una debilidad adquirida muy grande, varios también tienen déficit cognitivo, todo esto provocado por el COVID-19”, señala.
En este contexto, el objetivo principal de esta profesión es que luego de una hospitalización la persona afectada por el virus pueda retomar su vida en las mejores condiciones posibles y rápidamente recupere su autonomía. Muchas veces la rehabilitación debe continuar después de su estadía en la clínica, donde el paciente debe seguir fortaleciendo su musculatura, entrenando sus habilidades cognitivas fundamentales en la casa, por lo que se realizan recomendaciones para la óptima accesibilidad en el hogar y así prevenir accidentes. Esto, es analizado particularmente caso a caso.
El equipo de terapeutas ocupacionales de Clínica Ciudad del Mar se han tenido que reorganizar y cumplir con todas las necesidades que han surgido en el contexto de pandemia. Uno de los principales desafíos a los que se han visto enfrentados es generar vínculo con los pacientes. Claudia menciona: “El estar con todas las medidas de protección, hace que el paciente solo te vea los ojos, no te conoce, aunque uno les diga el nombre y se presente, cuesta que se produzca un vínculo como era antes de la pandemia, porque ahora es más difícil que nos reconozcan, al estar todos con los mismos cascos y mascarillas”.
“Poder acercarlos a sus familias a través de las videollamadas, vídeos, audios y fotografías fue un gran reto, debido a que antes contábamos con las visitas presenciales de las familias para la recuperación, y ahora esa presencia física no es posible. Por otra parte, no podemos contener emocionalmente con un abrazo, una mano, algún contacto físico. A pesar de esto, siempre encontramos la manera de entregar apoyo y hacer sentir al paciente que está acompañado”, comenta.
Los terapeutas ocupacionales de la clínica apoyan el desarrollo de la técnica prono vigil para pacientes COVID-19, que consiste en poner al paciente boca abajo en la cama. Los profesionales buscan el confort de las personas, ayudándolas a tener una mejor adherencia al tratamiento y logrando que puedan mantenerse en esta posición. Mucha gente que no necesita llegar a ventilación mecánica inmediatamente, pasa primero por periodos donde tienen que estar en posición prono.
Finalmente, añade Claudia: “Nuestras proyecciones están enfocadas en poder seguir entregando la mejor atención posible, abordar todo el tema del posicionamiento, estimulación cognitiva y funcional. De esta manera, buscamos lograr que nuestros paciente recuperen las habilidades para llevar una vida diaria óptima”.