¿El invierno te desanima? Ojo, Puede que sufras depresión estacional

La depresión estacional es un episodio que se presenta frecuente entre los jóvenes, especialmente en mujeres, y afecta a quienes lo padecen con síntomas similares a una depresión mayor, pero por un período determinado de tiempo.

Este tipo de depresión es uno de los trastornos afectivos estacionales y es un subtipo del trastorno depresivo mayor. Se caracteriza por episodios de estado de ánimo similares al de la depresión mayor, pero que se inician en épocas del año como el invierno (en algunas personas en primavera) y termina con el cambio de estación. Se considera un trastorno debido a que estos cambios alteran el funcionamiento en distintas áreas de la vida de la persona afectada.

La psicóloga de Clínica Ciudad del Mar, Claudia Badilla, afirma que este tipo de trastorno es más común en los jóvenes y las mujeres. “Estudios con gemelos han mostrado que la depresión estacional puede tener base genética. Se plantean distintas hipótesis causales, siendo la principal la variación de luminosidad de los cambios de estación, que es un factor que desde el exterior es capaz de intervenir en la regulación de nuestro reloj biológico, alterando ciclos circadianos de sueño, alimentación y funcionamiento general de la persona, incluyendo el ánimo. Asimismo, en nuestro cerebro existen sustancias químicas involucradas en los procesos de neurotransmisión cerebral que se activan frente a la luz, desencadenando circuitos relacionados con áreas del placer y de la recompensa. Y es así como una disfunción de la  Serotonina, como neurotransmisor susceptible a la variación estacional,  se relaciona con alteración anímica”, explica la especialista.

La especialista agrega que desde lo psicosocial, al haber más horas de sol, tendemos a salir y socializar más, lo que favorece el ánimo y recuerdo de situaciones placenteras. Mientras que con menos horas de sol, tendemos a restringir actividades sociales, lo que refuerza el estado anímico y pensamientos depresivos.

Los episodios depresivos se caracterizan por disminución significativa de energía y  ánimo, además de fatiga, cansancio, insomnio o somnolencia, pérdida o aumento del apetito, dificultad para concentrarse, sentimientos de tristeza, angustia, irritabilidad, apatía y aislamiento social.

Lo principal para diagnosticar este tipo de depresión es la historia clínica de la persona y una entrevista que puede incluir a algún familiar. También se puede aplicar el cuestionario SPAQ (Seasonal Pattern Assessment Questionnaire), que mide variaciones estacionales en la duración del sueño, actividad social, ánimo, peso, apetito y nivel de energía. Se debe observar la historia de al menos dos años de una relación temporal sostenida, entre el inicio de los episodios depresivos mayores y determinada época del año y excluir los casos en que las personas presenten reacciones depresivas, debido a situaciones de estrés que se repitan año a año en un determinado periodo.

Es común que las personas puedan confundirse debido a que la depresión no estacional, como la distimia y la depresión mayor crónica, pueden empeorar durante el invierno. Sin embargo, éstas se diferencian de los pacientes con trastorno afectivo estacional en que sus síntomas persisten durante el cambio de estación.

Tratamiento

La especialista manifiesta que para el tratamiento de este trastorno se utiliza farmacoterapia, principalmente con antidepresivos que inhiben de forma selectiva la recaptación de la serotonina. También se ha utilizado la luminoterapia.

En conjunto con lo anterior, es indicada la psicoterapia, con el objeto de atender al estilo de vida del paciente en interacción con sus características psicológicas y contexto familiar, de manera de facilitar la formación de hábitos saludables e intervenir aprendizajes disfuncionales, de modo que la persona logre organizar una rutina cómoda y estable para realizar sus actividades diarias, que respete horarios de alimentación, sueño y ejercicios.