Daniela Álvarez, de 44 años, llegó al Centro Integral de la Mujer para buscar una solución a su endometriosis.
Desde adolescente sentía mucho dolor en la zona pélvica cuando llegaba su menstruación, lo que le impedía trabajar e incluso realizar sus actividades diarias de manera normal. Esta situación la conversó con sus médicos tratantes, pero siempre lo catalogaron como una molestia normal, por la cual no debía tener mayor preocupación. Sin embargo, en 2021 se realizó una ecografía transvaginal, la cual evidenció el problema: endometriosis.
“Cuando mencionaron mi diagnóstico, insistían en que era una enfermedad simple, que podía tratarse con pastillas o cirugía, que no era para alarmarme. Fue entonces que decidí buscar otra opinión, ya que no estaba conforme y los médicos me decían lo mismo con respecto a esta patología, que no debía inquietarme, lo que me afectó mucho emocionalmente”, señala.
Siguió intentado hasta que decidió evaluarse en Clínica Ciudad del Mar. Cuenta que una ejecutiva acogió sus dudas y le agendó una cita con el Dr. Aníbal Scarella, gineco-obstetra, quien comenzó a atenderla a fines de 2021.
“Cuando me vio le conté todo lo que me había pasado, y él me calmó y entendió. Me mencionó que no había un escenario muy alentador, por lo que mostraban los resultados de los estudios, pero quería profundizar más en mi patología para ver todas las formas en las que me podía ayudar. Me dijo que tenía una endometriosis muy profunda, severa, porque se veía que estaba comprometido hasta el intestino y eso no era bueno”, explica.
El gineco-obstetra le dio dos opciones para tratar la patología: realizar una histerectomía, donde le extirparían el útero, o dejar un ovario, ya que la enfermedad estaba más desarrollada en uno de ellos. Daniela tuvo tiempo de analizar la decisión y pensar bien las alternativas.
“A fines de marzo de 2022 tomé la determinación de hacerme una histerectomía total, fue entonces cuando me dieron indicaciones antes de la cirugía, una de ellas fue bajar de peso. Me refugié en el deporte y me preparé mentalmente, porque fue difícil aceptar que no sería madre por el avance de esta enfermedad. El Dr. Scarella tuvo mucha comprensión conmigo, fue empático y eso me ayudó para decidir segura mi tratamiento, porque no quería que me encontraran un peor diagnóstico con el pasar del tiempo”, expresa.
Daniela comenta que, en la operación, tuvieron el apoyo del Dr. Genaro Arriagada, cirujano general, ya que era necesaria la presencia de otro especialista para que viera los efectos de la endometriosis en el intestino.
“En Clínica Ciudad del Mar me atendieron muy bien, el equipo fue muy humano. Lo que más me preocupaba era el dolor que pudiera sentir y el Dr. Scarella me dijo que la molestia con la que conviví durante años no se comparaba con lo que sentiría en la operación. Tenía toda la razón porque cuando al mes volví al gimnasio, tuve una muy buena recuperación. Prácticamente no tuve necesidad de utilizar fármacos cuando llegué a mi hogar. Tuve un postoperatorio fabuloso y creo que influye la actitud con la que uno enfrenta el proceso”, destaca.
Hoy cuenta que se ha sentido muy bien y ha priorizado su bienestar. Enfatiza en que no se debe normalizar el dolor porque pasa el tiempo y el diagnóstico cada vez puede ser peor. Daniela plantea que si le hubieran detectado antes la enfermedad el escenario sería otro. Esta etapa la toma como una enseñanza para apreciar la vida.
Finalmente, agrega: “Es importante que cuando exista algo que nos moleste, se lo hagamos saber a nuestros médicos y, si no estamos conformes, debemos buscar otros especialistas hasta que nos sintamos tranquilas. Estoy contenta porque hoy estoy bien y eso es gracias a que no me quedé con una sola opinión. Estuve en manos del excelente equipo del Dr. Scarella, estoy muy agradecida de él y de la Clínica”.