El cáncer de próstata es el segundo causante de muerte en hombres del país

La enfermedad se ha convertido en el enemigo predilecto de los hombres, un mal silencioso, con síntomas que suelen aparecer de manera tardía, cuando la enfermedad se encuentra en una fase ya avanzada. De acuerdo al Dr. Felipe Beasain, Urólogo de Clínica Ciudad del Mar, mueren anualmente más personas por esta enfermedad que por accidentes automovilísticos o por homicidios.

Las cifras son sorprendentes: Según un informe del Minsal, alrededor de dos mil personas mueren anualmente debido a este cáncer, posicionándolo así como la segunda causa de muerte en hombres en Chile, siendo la primera causa el cáncer de estómago. Es además, la tercera causa de muerte general tanto en Chile como en el mundo.

Según el Dr. Felipe Beasain, actualmente el cáncer es un problema de preocupación nacional. Ésta enfermedad ha adquirido gran relevancia debido al aumento de incidencia, por lo que es sumamente necesario estar atentos a los factores de riesgos que la padecen para poder realizar un tratamiento oportuno. Especial cuidado deben tener hombres de 40 años en adelante, edad en la que ya debiesen estar próximos a realizar su primer control preventivo, teniendo en cuenta que este mal se diagnostica principalmente en individuos de 50 años de edad.

Problemas relacionados con dolores en la parte baja, dificultad para orinar, goteo al final de la micción u orina con sangre, son síntomas que deben alertar a la persona ya que evidencian que el organismo no está funcionando correctamente y que, por lo tanto, es necesario solicitar la opinión de un urólogo para descartar la posibilidad de un cáncer de próstata.

En la misma línea, la hiperplasia prostática benigna es una de las afecciones más comunes que afectan a los hombres al envejecer y sus síntomas suelen confundirse con los del cáncer de próstata. Al respecto, el Dr. Beasain explica que “afortunadamente no es oncológica. Es más propensa a afectar a hombres sobre los 40 años. Es progresiva y su principal factor de riesgo es el envejecimiento y la historia genética familiar. Muchas veces se confunden sus síntomas con los del cáncer por lo que es importante su correcto manejo, con un diagnóstico y tratamiento oportuno tiene buen pronóstico”.

Factores de riesgo a considerar

Esta enfermedad puede desarrollarse en un hombre debido a diferentes variables. La edad es el factor de riesgo más importante ―especialmente después de los 50 años― ya que estadísticamente se informa que la mayor parte de los casos se diagnostica después de esta edad. De igual forma hay que poner hincapié en los antecedentes familiares, la probabilidad de padecer esta enfermedad es hasta tres veces mayor si existe algún familiar con registros de este mal.

Otros aspectos a considerar son la incontinencia urinaria, dificultades para orinar, interrupción del chorro de la orina, dolor en la región lumbar y dificultades en las relaciones sexuales. También puede haber pérdida de apetito y de peso e insuficiencia renal.

Prevención

Uno de los exámenes que se realizan para evaluar los niveles de proteína que produce la próstata es el Antígeno Prostático Específico. Si esta evaluación arroja datos sospechosos es fundamental realizar exámenes físicos (tacto renal), de imagenología y otros estudios como una biopsia prostática.

Para el Dr. Felipe Beasain, urólogo de Clínica Ciudad del Mar, no es tarea fácil detectar y predecir las anomalías que llevan al paciente padecer de cáncer de próstata. De modo que son importantes las evaluaciones preventivas regulares. “Es crucial su detección precoz, antes que comiencen los síntomas. “Este cáncer, detectado en fases tempranas, tiene un mejor pronóstico y esperanza de vida”, señala el especialista. Además, explica que la ciencia no conoce del todo su origen, si sabemos que aumenta su probabilidad con el envejecimiento, si hay historia familiar (hermanos o padre) con cáncer a la próstata y también es más probable en hombres que siguen dietas con grandes cantidades de grasa animal (carne roja).

Así, el llamado es a tomar conciencia de esta enfermedad y a no ser pesimistas. Un análisis y posterior tratamiento harán que cada persona, acompañada de su familia, pueda dejar atrás esta enfermedad.