La columna vertebral es el principal soporte de nuestro cuerpo. Es un sistema articulado y de gran resistencia, que se extiende desde la cabeza a la pelvis. Es gracias a ella que podemos aguantar nuestro peso, mantenernos de pie y desplazarnos de un lado a otro.
El traumatólogo de Clínica Ciudad del Mar, experto en columna, Dr. Juan Pablo Otto San Martín, nos explica cuáles son las principales enfermedades que pueden afectar a nuestra espalda y qué debiéramos hacer en cada caso. Lo primero que debemos tener presente es que si bien este tipo de enfermedades están dadas en gran parte por un componente genético, por lo que resulta difícil prevenirlas, hay ciertas conductas que pueden ayudar a cuidar nuestra columna como el evitar subir mucho de peso, decirle adiós al cigarro y hacer actividad física de manera regular y de acorde a la edad de cada uno.
Pese a lo anterior, hay algunos síntomas que permitirán alertarnos en forma temprana que algo no anda bien. Según el especialista, algunas señales a tener en cuenta son aquellos dolores lumbares que han persistido por más de tres semanas. Otro signo importante es que nuestra columna no haya respondido en forma satisfactoria al tratamiento habitual que se realiza en base a analgésicos, antiinflamatorios y calor nocturno. Asimismo, debemos prestar atención en aquellos casos que el dolor se haya vuelto insostenible, al punto de despertarnos durante la noche o cuando la persona comience a percibir menos fuerza en alguna de sus extremidades y/o sentirlas adormecidas.
Es importante tener presente que al hablar de extremidades, debemos considerar tanto las superiores como las inferiores, pues si el problema se está presentando en la columna cervical, los afectados van a ser los brazos, mientras que si el dolor es lumbar, la fuerza o pérdida de sensibilidad, se verá manifestada en las piernas. Pese a que los síntomas suelen ser bien específicos, las patologías más frecuentes de la columna son el lumbago, la hernia discal y otras causas de lumbociática como la estenorraquisdegenerativa, que es cuando el canal espinal por donde pasan los nervios se ha estrechado. Generalmente, esto último se presenta en personas sobre los 60 años, y se manifestará con dolor en las extremidades inferiores cada vez que la persona camina un par de cuadras. Diferente es lo que ocurre con las personas más jóvenes, puesto que entre los 20 y los 40 años de edad, lo que se produce con mayor frecuencia son los problemas en la hernia discal que generalmente se presentan cuando el revestimiento exterior que rodea un disco se desgarra.
¿Cuándo es necesaria la intervención quirúrgica?
Las personas que tienen indicación absoluta de operarse, son aquellas que poseen un compromiso neurológico, es decir en aquellos casos donde ha habido pérdida de fuerza o sensibilidad, pues el objetivo de la cirugía, que por lo general es de poca complejidad, es quitar el dolor y disminuir el probable compromiso neurológico de las extremidades. La indicación relativa, será para aquellas personas que habiéndoseles realizado en forma correcta los tratamientos conservadores y luego de un periodo superior a las 6 semanas, no hayan respondido de manera satisfactoria. En una primera instancia en aquellos casos que aparece una hernia en la resonancia o scanner, y el paciente sólo presenta dolor lumbar, no es recomendable la cirugía de resección de la hernia, por lo que se le indicará otro tipo de tratamiento. Dependiendo de la evolución y si el dolor persiste, se evaluará la posibilidad de cirugía.