Su prevalencia ha aumentado considerablemente a nivel mundial y Chile es el segundo país con más casos en Sudamérica. 1 de cada 10 chilenos tiene esta enfermedad crónica asociada, principalmente, al exceso de peso y sedentarismo.
El 14 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Diabetes, una fecha instaurada por la Federación Internacional de Diabetes (FID) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el propósito de dar a conocer las causas, síntomas, tratamiento y complicaciones asociadas a esta patología que crece de forma alarmante.
La diabetes mellitus es un desorden metabólico caracterizado por niveles elevados de glucosa (azúcar) en la sangre, resultado de defectos en la secreción y/o acción de la insulina. Tiene múltiples causas y variados procesos patogénicos como trastornos genéticos, ambientales y autoinmunes que llevan a alteraciones en la función de las células beta del páncreas, provocando deficiencia en la secreción de insulina y distintos grados de resistencia a la insulina.
Existe una clasificación que la denomina en: diabetes mellitus tipo 1 (en niños y jóvenes), diabetes mellitus tipo 2 (es la más frecuente, aproximadamente el 90% de los casos de diabetes mellitus y se manifiesta mayoritariamente en adultos) y diabetes gestacional (se presenta durante el segundo trimestre del embarazo).
A nivel mundial, la prevalencia de la diabetes mellitus tipo 2 ha aumentado considerablemente. Según datos de la FID, en Chile afectaría a más de 1.3 millones de personas, lo que representa el 11% de la población adulta entre 20 y 79 años. Esta cifra posiciona a nuestro país como el segundo con más casos en Sudamérica.
La Dra. Berta Garrido, endocrinóloga experta en diabetes de Clínica Ciudad del Mar, indica que existe un componente genético que explica estos índices, pero en gran parte se debe a los malos hábitos de las personas, ya sea por sedentarismo y/o trastornos nutricionales relacionados con el sobrepeso y la obesidad. Agrega, además, que lo preocupante de la alta frecuencia de esta enfermedad son las patologías asociadas que conlleva, como insuficiencia renal, ceguera y amputaciones de extremidades inferiores.
“La diabetes mellitus es una enfermedad crónica y progresiva, donde se produce deterioro progresivo de las células beta pancreáticas, por lo tanto, este es un proceso no reversible. Sin embargo, se puede lograr estabilizar el azúcar en la sangre siguiendo un buen tratamiento y manejando las complicaciones agudas”, explica la Dra. Garrido.
¿Se puede prevenir la diabetes?
Los estudios clínicos han demostrado que la prevención o retardo de la diabetes se logra a través de un cambio en el estilo de vida, con dieta saludable y actividad física de mediana intensidad realizada por tiempos mínimos de 150 minutos semanales, alcanzando el objetivo de pérdida de al menos el 10% de peso corporal, con lo que se podría retrasar el avance en al menos 10 años.
Una conducta ideal, explica la Dra. Garrido, sería realizar un control anual buscando la posible aparición de diabetes en aquellos pacientes con factores de riesgo (sobrepeso, dislipidemia, hipertensión arterial, resistencia a la insulina). Además, un manejo con medidas conductuales y/o farmacológicas, pueden ayudar a evitar o retardar su desarrollo.
La detección y el diagnóstico se hace por medición de la glicemia (azúcar en la sangre), a las personas con síntomas sospechosos y/o personas con factores de riesgo. Hay que tener presente que esta es una enfermedad silente y las personas que la padecen, no siempre tiene síntomas o signos.
El pilar del tratamiento es la alimentación con restricción de carbohidratos y exceso de calorías, actividad muscular (ejercicio físico) y el uso de fármacos orales e inyectables, incluida la insulina.