Al día, cerca de 1,5 mujeres mueren a causa del cáncer de cervicouterino, lo que convierte a esta enfermedad en la sexta causa de decesos por cáncer a nivel mundial. Y es que pese a ser prevenible y tratable en sus fases iniciales, aún queda mucho por avanzar en materia de concientización. Así lo sostiene el Dr. Felipe Núñez, ginecólogo oncólogo de Clínica Ciudad del Mar, quien además explica de qué se trata esta enfermedad, sus tratamientos y las medidas de cuidado.
El cáncer cervicouterino es un tumor maligno que se origina en el cuello del útero, siendo el resultado de una infección viral persistente asociada al Virus Papiloma Humano (VPH), un patógeno que se transmite por la actividad sexual. Si bien se presenta, en general, en mujeres entre 35 y 65 años, a mortalidad aumenta después de los 45 años.
Se estima que un 80% de la población se encuentra o ha sido infectada anteriormente con el Virus Papiloma y que el 50% de las mujeres sin actividad sexual previa se contagia con su primera pareja sexual de toda la vida. “El VPH tiene una alta incidencia, pero al ser un virus es susceptible de ser eliminado por el sistema inmune. Y si bien la mayoría logra anularlo, hay un 10% de la población que no, por lo que llega a la etapa de ‘infección persistente’, generando lesiones pre cancerosas y posteriormente un cáncer cervicouterino invasor”, señala el ginecólogo oncólogo de Clínica Ciudad del Mar, Dr. Felipe Núñez.
Asimismo, el especialista advierte que la detección precoz de la enfermedad es lo único que permite revertirla, por lo que es de vital importancia realizarse los exámenes y controles pertinentes, siendo el primero de estos el Papanicolaou (PAP).
Cómo reconocerlo
El cáncer cervicouterino es una neoplasia asintomática, es decir, no da ningún síntoma hasta estados avanzados de la enfermedad. Ahí radica la importancia de mantener un control adecuado con chequeos anuales.
El doctor Núñez, de Clínica Ciudad del Mar, indica que el Papanicolaou ―más conocido como PAP― es un examen preventivo o “de sospecha”. Y por lo mismo es que debe hacerse en forma periódica. Si bien la recomendación del Ministerio de Salud es que todas las mujeres deben realizárselo cada tres años entre los 24 y 64 años, el ginecólogo oncólogo recalca que el rendimiento del PAP mejora considerablemente con la regularidad (3 PAP consecutivos tienen un rendimiento del 90%)
Respecto a los factores de alarma, la mayoría tiene relación con la probabilidad de adquirir un VPH de alto riesgo, lo que se da con frecuencia en mujeres que inician precozmente su actividad sexual o que tienen un mayor número de parejas sexuales.
Es importante mencionar el rol preponderante del tabaquismo en la génesis de este cáncer, pues la edad (mayor a 35 años) y el tabaquismo, son factores pronósticos negativos respecto de la eliminación del virus. “Si el cáncer cervicouterino fuese una planta, el virus papiloma es la semilla y el tabaco el fertilizante”, agrega el especialista.
Diagnóstico y tratamiento
Cuando el ginecólogo nota que el resultado del Papanicolaou está alterado, deriva a la paciente a un médico ginecólogo oncólogo, quien a través de una colposcopía (mirar el cuello del útero con lentes de aumento) y la eventual toma de una biopsia, diagnosticará si se trata de una enfermedad pre invasora o invasora.
En la gran mayoría de los casos, las lesiones pre cancerosas pueden eliminarse mediante un procedimiento quirúrgico menor denominado conización cervical. Esta intervención benigna consiste en extirpar una pieza en forma de cono del cuello uterino, a través de la vagina. La intervención requiere anestesia local o total y por lo general no requiere más de un día de hospitalización. Además, está la radioterapia pelviana externa, donde también se realiza la braquiterapia (radioterapia local o interna, realizada directamente sobre el Cérvix).
“La efectividad de los tratamientos dependen de la etapa y si hay compromiso de ganglios por tumor, pero en general se consideran bastante efectivos comparado con otros cánceres”, explica el especialista de Clínica Ciudad del Mar.
Prevención
Este tipo de cáncer es absolutamente prevenible por 3 consideraciones, la primera es la existencia de una lesión pre invasora; la segunda, es la alta efectividad de los programas de tamizaje o screening. Y la tercera, es que tanto las lesiones precursoras como el cáncer invasor son ―en general― de lenta progresión, lo que permite adoptar las medidas necesarias para erradicar las lesiones antes de que avancen.
Así, indica el ginecólogo oncólogo de Clínica Ciudad del Mar, Dr. Felipe Núñez, hay tres tipos de prevención: