La hepatitis corresponde a la inflamación del parénquima hepático, el tejido funcional del órgano. Se pueden reconocer distintos tipos dependiendo del tiempo de evolución, causas y gravedad. El Dr. Gonzalo Araneda, gastroenterólogo y hepatólogo de Clínica Ciudad del Mar, menciona que las más comunes son:
“Los síntomas generales incluyen fatiga, compromiso del estado general, náuseas, coloración amarillenta de la piel y ojos, orina oscura y, eventualmente, un malestar en la zona superior derecha del abdomen. En etapas iniciales, el cuadro puede ser asintomático y en el otro extremo se agrega falla en la función hepática, evidenciable por alteraciones en la coagulación y compromiso del nivel de conciencia”, expresa el gastroenterólogo.
Dependiendo de virus, se reconocen distintos grupos de riesgo:
El especialista señala que, en general, se recomienda consultar ante la presencia de signos, sobre todo en caso de notar ictericia y presentar malestar general. La mayoría de las hepatitis agudas virales son cuadros autolimitados, que no requieren de un tratamiento específico y no dejan mayores secuelas, salvo que presenten un curso fulminante, lo que conlleva una alta mortalidad asociada y necesidad eventual de un trasplante hepático de urgencia. Por otro lado, las crónicas pueden lentamente desarrollar una cirrosis hepática junto con sus complicaciones.
Dentro de las medidas específicas para prevención se pueden nombrar:
El Dr. Araneda indica: “En Clínica Ciudad del Mar, contamos con tratamientos para esta enfermedad según la causa subyacente. Así, por ejemplo, para las hepatitis virales hay antivirales específicos, en autoinmune se indica un esquema de inmunosupresión personalizado y en secundaria a algún tóxico se debe retirar el elemento relacionado (alcohol, medicamento u otro) y administrar antídoto”.