Conoce las recomendaciones para ayudarlos a enfrentar este período.
El regreso a clases usualmente genera problemas en los más pequeños a la hora de retomar hábitos después de un largo periodo de vacaciones. En el contexto actual puede ser más difícil de lo normal, considerando las modalidades presencial y virtual de clases.
El aumento de ansiedad en los niños puede expresarse en dificultad para conciliar el sueño, somnolencia diurna, aumento o disminución de apetito, dificultad en la atención, en la concentración y en la inquietud. Para que este proceso no afecte de manera negativa al menor, se debe contemplar un periodo de ajuste, donde se pueden presentar algunos síntomas en los niños, relacionados al cambio de horario y actividad.
En relación a la situación actual respecto del COVID-19, Claudia Badilla, psicóloga de Clínica Ciudad del Mar, indica que es comprensible que la mayoría de los escolares presenten ambivalencias, es decir, “quiero y no quiero regresar al colegio”, relacionado con el temor al contagio.
Por otra parte, el contacto presencial en la vida escolar de los menores es fundamental, ya que brinda un terreno necesario para el desarrollo psicosocial del menor, ayudándole a cumplir con las tareas que se le presentan en esta etapa: descubrir, desarrollar habilidades, compartir en comunidad en ausencia de los padres, ir formando un concepto de sí mismo, que en el camino hacia la adolescencia, aportará a la estructuración de identidad.
Las recomendaciones son no sólo contemplar los cuidados sanitarios, sino generar una instancia protectora, ya que permite afrontar una situación con cierta sensación de seguridad, lo que disminuirá la ansiedad del niño frente al virus y da la posibilidad de aumentar el logro de adaptación al ambiente actual.
La función de los padres en este retorno a clases en pandemia, según la especialista, deben ser:
“Un buen abordaje de la información sobre el COVID-19 con los niños es fundamental, ya que la pandemia va a pasar, pero la experiencia queda, con efectos insospechables en su vida adulta, en cuanto a su percepción del mundo, de los demás y de sí mismo en su capacidad de afrontamiento”, comenta la psicóloga.