Ya estamos atravesando por una de las épocas más frías del año y esta condición de bajas temperaturas, hace propicio el aumento de virus, siendo la influenza una de las principales enfermedades en esta helada época.
Para poder conocer bien de qué se trata esta patología y cómo la podemos afrontar de mejor forma, la Dra. Karina Michea, Médico Coordinadora de la Unidad de Pediatría y UCI Pediátrica de Clínica Ciudad del Mar, ahonda en esta enfermedad y entrega recomendaciones.
A diario nos encontramos expuestos a virus y bacterias, pero durante el invierno, estos agentes se multiplican, lo que nos hace estar más propensos a contraer alguno de ellos, y de esta forma se originan las diferentes enfermedades respiratorias, entre ellas la tan mencionada por estos días, Influenza.
La Dra. Michea explica que existen cuatro tipos de virus de la influenza: A, B, C y D. “Los virus A y B son los que causan en humanos, epidemias estacionales de la enfermedad casi todos los inviernos. La influenza tipo C, causa generalmente una enfermedad respiratoria leve y no se cree que pueda desencadenar epidemias. Los virus de influenza D, afectan principalmente al ganado y no se cree que puedan causar infecciones o enfermedades en los seres humanos”.
Este virus, se transmite desde una persona enferma, mediante las gotitas que se expulsan al toser o estornudar. Otra forma de contagio se produce al tocar objetos que hayan sido manipulados por personas infectadas.
Esta infección viral tiene síntomas invalidantes, como por ejemplo fiebre mayor a 38,5 °C, tos, dolores musculares, de garganta y de cabeza, los que pueden variar de intensidad, llevando a padecer un cuadro más o menos grave.
“La influenza puede causar formas leves que requerirán manejo general de los síntomas; o un cuadro grave que en ocasiones puede incluso llevar a la muerte. Algunas personas, ya sea en edades extremas de la vida o quienes padezcan ciertas afecciones crónicas, tienen mayor riesgo de sufrir complicaciones graves”, señala la pediatra de Clínica Ciudad del Mar, Dra. Karina Michea.
Manifestación y tratamiento
El periodo de incubación de esta patología, puede variar de entre 1 a 4 días, desde que se produjo el contagio, y puede extenderse hasta por 2 semanas, con fuertes síntomas. Si bien éstos son inespecíficos y comunes a otras enfermedades respiratorias, los que más destacan son la fiebre ―con un peack a las 24 horas y que puede durar entre uno a cinco días en la mayoría de los casos―, cefaleas y dolores musculares (mialgias).
En cuanto al manejo de la influenza, el tratamiento se basa en el control de los síntomas con una buena hidratación, uso de antipiréticos y analgésicos, y una alimentación adecuada. Asimismo, en algunos casos, están indicados los antivirales.
Si bien no es parte del tratamiento, es sustancial señalar la importancia de la vacunación, sobre todo en los grupos de mayor riesgo, como los son las embarazadas (sobre la décimo tercera semana de gestación), niños entre los seis meses y los seis años, adultos mayores de 65 años, trabajadores de avícolas y criaderos de cerdos, personal de salud y personas con enfermedades crónicas, como diabetes, cardiopatías, enfermedades pulmonares, autoinmunes e inmunodeficiencias, entre otras. Esto con el fin de prevenir la morbilidad y mortalidad producto de esta infección.
Según datos del Ministerio de Salud, la influenza es una de las enfermedades respiratorias más frecuentes en nuestro país, por lo que se le pone especial énfasis en su prevención. Esta patología afecta desde la nariz hasta los pulmones, de manera corta pero intensa o prolongada con una evolución errática. Para controlarla, es esencial la vacunación.
Recomendaciones
La doctora Karina Michea, entrega una serie de útiles consejos para evitar el contagio de la influenza.
La mayoría de las personas que contraen la influenza se recuperan en un periodo de tiempo que va desde un par de días, hasta menos de dos semanas. Sin embargo, hay quienes pueden presentar mayores complicaciones. En tales casos, señala la pediatra de Clínica Ciudad del Mar, es importante volver a acudir a un especialista para tratar la enfermedad.