Cólicos infantiles: ¿Cómo enfrentarlos?

Los cólicos se reconocen porque el bebé presenta episodios de llanto e irritabilidad que duran más de tres horas al día y se caracterizan porque duran más de tres días a la semana. “El diagnóstico de cólico es eminentemente clínico, no requiere exámenes. Se caracteriza por un llanto persistente, generalmente de un lactante menor de tres meses, el cual se asocia a movimientos de flexión de extremidades y muchas veces enrojecimiento facial. En ausencia de otros factores como fiebre,  vómitos o diarrea. Los cólicos desaparecen espontáneamente alrededor de los tres o cuatro meses de vida”, explica el pediatra de Clínica Ciudad del Mar, Claudio Cisterna.

Existen diferentes estudios respecto a las causas de los cólicos infantiles, se ha pensado por ejemplo que los síntomas se deben a problemas digestivos, incluida la presencia de gases, pero los expertos dicen que se desconoce su verdadera causa.  “No están establecidas las causas del cólico en el lactante y si bien se han atribuido factores madurativos y alimentarios, hasta ahora no hay causas precisas”, aclara el especialista de Clínica Ciudad del Mar.

El bebé que sufre de cólicos, no presenta ningún síntoma durante el resto del día. Sin embargo, mientras más agudo sea el cólico, más gritará, llorará y se tensará. Esta situación frustra a los padres, ya que no existe un tratamiento determinado. “No hay terapia específica, solo medidas generales como tomar al niño en brazos y realizarle masajes abdominales. Pese a ello, existen algunos estudios que asocian el uso de algunos probióticos en la prevención”, afirma el Dr. Cisterna.

Un estudio publicado recientemente en la Journal of the American Medical Association (JAMA) relaciona los cólicos infantiles con migrañas en la infancia y adolescencia, que si bien es preliminar, podría ayudar a descubrir un tratamiento definitivo.  “En este  estudio Europeo se relaciona el hecho, que de todos los niños que consultan por jaqueca, un 70% habría tenido cólicos en las primeras etapas de su vida. Aún no está clara esta asociación, ni se sabe si hay relación causal entre ambos, pues es sólo un estudio observacional. Sin embargo, la importancia radica en que si tienen bases fisiopatológicas similares, podrían tener tratamientos similares, lo que abriría una puerta al difícil tratamiento de estos molestos cólicos del niño”, concluye el especialista.