Seguramente más de alguna vez hemos escuchado hablar del famoso “retoque” y es muy probable que al oír sobre cirugía plástica, asociemos casi en forma automática el concepto de belleza. Pese que lo anterior puede ser bastante certero, la cirugía estética es sólo una de las dos grandes ramas de la cirugía plástica, puesto que también existe la cirugía reconstructiva que, tal como su nombre lo indica, está dirigida básicamente a volver a construir.
La cirugía plástica reconstructiva se remonta a los inicios de la cirugía y se caracteriza por tener entre sus filas una gran cantidad de patologías. Su finalidad es reparar el daño producido por alguna lesión que pudo ocasionarse por una herida, accidente, secuela quirúrgica o algún problema oncológico, también conocido como “cáncer”.
Según el Cirujano Plástico de Clínica Ciudad del Mar, Juan Montedónico Quiroz, en los últimos 10 años en nuestro país la cirugía plástica reconstructiva se ha mantenido constante en sus demandas, a diferencia de lo que ha ocurrido con la cirugía estética que ha presentado un aumento casi explosivo, pero ¿a qué se debe este fenómeno?.
Este boom, en palabras del especialista, responde a una serie de factores que van desde el poder adquisitivo de las personas, cumplir algún sueño o simplemente invertir en uno mismo.
La principal motivación que tienen las personas para someterse a una cirugía estética como reconstructiva responde a lo que llamamos causas reales, que son aquellas que afectan a la autoestima de la persona como puede ser el tamaño de la nariz o las mamas, la forma de las orejas, la marca de una cicatriz o quemadura e incluso el padecer de algún tumor.
Sin embargo, en el caso de las cirugías estéticas existe otra causal que se conoce como sicológica y es muy frecuente que se de en aquellos pacientes que tienen una preocupación obsesiva por el físico y una distorsión del esquema corporal.
Las alternativas que ofrece la cirugía reconstructiva son muy amplias y están asociadas a la reconstrucción de las extremidades, traumas faciales, malformaciones congénitas, quemaduras y lesiones por cáncer, aunque las más frecuentes corresponden a la reparación de cicatrices, defectos por pérdida de piel o por alguna amputación quirúrgica, tanto en abdomen como en el tórax. Un ejemplo de ello lo constituye la reconstrucción mamaria.
En el caso de las cirugías estéticas es importante señalar que las preferencias de las mujeres han ido variando con el paso de los años y actualmente las más demandadas son la mamoplastia de aumento, seguida de la liposucción, abdominoplastia, rinoplastia y las cirugías del envejecimiento facial como párpados lifting, etc.
Los hombres, en cambio, optan por la rinoplastia y ginecomastia. Muchos consultan por la liposucción para eliminar el rollito que rodea el abdomen, mientras que de los 35 años en adelante, lideran las cirugías del envejecimiento facial.
Y aunque para muchos el someterse al quirófano sea sinónimo de felicidad e incluso en algunos casos se considere como el inicio de un nuevo estilo de vida, hay que ser muy cuidadoso y tener presente una serie de factores que ayudarán a tomar la decisión correcta y a sentir que realmente se cumplieron las expectativas.
Para ello, es imprescindible realizar la intervención quirúrgica, independiente del tipo que sea, en un centro de salud que cuente con un respaldo y un equipo médico de calidad, aún cuando las cifras son alentadoras y en un 99% de los casos, la operación y recuperación resultan satisfactorias.
El Centro de Cirugía Plástica de Clínica Ciudad del Mar además de otorgar seguridad y calidad, cuenta con un completo equipamiento y un grupo de especialistas acreditados por la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica, quienes, a su vez, poseen la certificación por parte de la Corporación Nacional de Especialidades Médicas, CONACEM, convirtiéndolos en una excelente alternativa cuando pensemos que una cirugía plástica puede ser el fin a algunos de nuestros problemas.