Los días fríos, la humedad y la contaminación, son condiciones que favorecen el desarrollo de enfermedades respiratorias, sobre todo en los niños. Con el invierno, el asma bronquial es uno de los problemas de salud que más afecta a los pequeños, de modo que es esencial conocer sus síntomas y aprender a diferenciarlo de un resfrío común. El Dr. Claudio Cisterna, pediatra de Clínica Ciudad del Mar, entrega importantes consejos para prevenirlo y así cuidar a los menores.
Tos intermitente o permanente, obstrucción bronquial, poca tolerancia al ejercicio, evidente dificultad para respirar, y retracción y dolor del tórax, son algunas de las características del asma bronquial, enfermedad crónica que se caracteriza por la inflamación de la vía aérea, y cuyo desarrollo se ve favorecido por las malas condiciones ambientales, además del frío y las infecciones virales propias de esta época.
De acuerdo al pediatra de Clínica Ciudad del Mar, Dr. Claudio Cisterna, es común que esta patología se confunda con un resfrío común, sobre todo cuando de niños se trata; sin embargo, hay que tener claro que son diferentes.
¿Cómo lo diferencio de un resfrío común?
El especialista explica que un resfrío común es una infección respiratoria aguda viral que cursa con congestión nasal, tos y fiebre leve. Puede acompañarse de otros síntomas, como molestias en la garganta y oídos, pero no compromete la vía aérea inferior (tráquea, bronquios y pulmones), a menos que la infección por el virus desencadene una crisis obstructiva bronquial.
Por otra parte, el asma es una enfermedad respiratoria crónica que compromete principalmente los bronquios (de ahí la denominación asma bronquial) y se manifiesta con episodios de obstrucción recurrente, es decir, pueden haber varios episodios durante el año, especialmente en periodos de primavera.
El doctor Claudio Cisterna indica que no existe una forma efectiva de prevenir la enfermedad, pues tiene un componente genético de base. “Se puede controlar evitando los ‘gatillantes’ de las crisis, los cuales pueden ser inespecíficos, como el frío, el calor, la humedad, los perfumes, la ansiedad, la contaminación ambiental y el tabaquismo, entre otros”, señala.
Asimismo, están los factores específicos que desencadenan episodios de asma, como determinados alérgenos, entre los que destacan el polen, la caspa de animales, los ácaros del polvo y, excepcionalmente, algunos alimentos.
¿Cuándo consultar al médico?
Es importante destacar que no existen niños que estén “siempre” resfriados o que cursen por cuadros respiratorios, especialmente bronquiales, de manera repetitiva. Si lo anterior es la percepción de los padres, los menores deben ser evaluados por un especialista para descartar esta patología.
De este modo, frente a la presencia de tos intermitente o permanente, dificultad para respirar, retracción del tórax y dolor torácico, hay que acudir a un especialista, de modo que pueda tratar el mal de manera más efectiva. Igualmente, es recomendable ir a una visita médica si se tiene antecedentes de asma bronquial en la familia directa, rinitis alérgica o dermatitis atópica.