Durante el verano, con el aumento de las temperaturas y la alta exposición solar, se comienzan a utilizar con más frecuencia para proteger los ojos, por lo que es necesario saber qué características deben tener.
Este tipo de lentes son fundamentales para el cuidado de la salud visual, ya que disminuyen la incidencia de la radiación UV sobre la piel de los párpados, conjuntiva y del globo ocular, logrando evitar varias patologías como queratitis actínica, degeneración macular, cáncer ocular, pterigión, entre otras.
La Dra. Cecilia Von Bischhoffshausen, oftalmóloga de Clínica Ciudad del Mar, explica: La mayoría sirve para bajar la intensidad de la luz, lo que brinda comodidad, pero lo más importante, es que cuenten con filtros contra los rayos UV, que son potencialmente dañinos. Algunos lo incorporan en el material de la estructura o sobrepuesto en el vidrio como lámina. Estos accesorios se deben usar siempre que exista exposición a una alta intensidad de radiación durante un periodo prolongado y es fundamental recordar que no es seguro mirar directamente al sol, aunque se utilicen estos implementos”.
En tiempos acotados, la radiación solar en la retina es necesaria para mantener el equilibrio en la salud, especialmente, por la mañana y al atardecer, en los horarios de mayor intensidad se debe optar por la protección. La acción de la radiación sobre el ADN es acumulativa, por lo tanto, si una exposición breve se repetirá constantemente, es prudente utilizar un lente con buen filtro, aunque sean solo 10 minutos. En la nieve, playa y en otros lugares, el reflejo de la luz sobre la superficie intensifica la energía que incide sobre el ojo, por lo que en esas situaciones el uso de anteojos es obligatorio, además del gorro con visera.
La Dra. Von Bischhoffshausen, destaca: “Respecto al uso para personas que realizan deporte, las gafas se deben ajustar bien a la cabeza, procurando que en los movimientos no se muevan o caigan. A las distintas intensidades de luz solar, se pueden usar algunos que adapten la opacidad, por ejemplo, aquellos polarizados que cuentan con un ángulo específico para la superficie en la que se refleja la iluminación como la arena, agua, nieve, entre otros. Hay modelos específicos que en ciertas actividades protegen de los golpes, como juegos con balón o trabajos con riesgo de trauma ocular”.
También existen algunos que contemplan distintos tonos en los cristales, que influyen en la visión, ya que a veces resulta más confortable usar algún tono por sobre otro, por ejemplo, para manejar al atardecer suele ser más favorable un vidrio con tinte ámbar, que uno verde. Siempre la decisión final del mejor lente es personalizada y es deseable que contengan un certificado especial y cuente con filtro UV100 a UV400.
Finalmente, la especialista agrega: “Para identificar unos anteojos de sol con buena calidad, se deben evaluar ciertos aspectos, entre los cuales se consideran el material del marco, diseño, ajuste, peso, flexibilidad, color y nivel de opacidad que genera. Luego, con el tiempo de uso, se puede analizar la durabilidad y mantención de sus características. Lo fundamental, es comprar en lugares que den la suficiente confianza y, si existen dudas, consultar con un óptico certificado y pedir una evaluación”.
