Comer de manera saludable es importante para disminuir el riesgo de padecer enfermedades cardiacas. ¿Sabías que en Chile la primera causa de muerte son los infartos? Es por esto que Lilian Contreras la nutricionista, de Clínica Ciudad del Mar, nos informa cómo afecta a nuestro corazón la comida que ingerimos.
Al alimentarnos entregamos a nuestro cuerpo todo lo necesario para que este pueda crecer, desarrollarse y mantenerse sano. Lamentablemente, este proceso determina en gran medida nuestra salud cardiaca y es que en nuestro país la alta obesidad y sedentarismo van en subida. Estos factores contribuyen a que la primera causa de muerte en Chile, que son las afecciones cardiacas, sigan manteniéndose en el primer lugar. Según la especialista en nutrición Lilian Contreras de Clínica Ciudad del Mar, la típica frase ‘somos lo que comemos’ no se aleja mucho de la realidad. Nuestros alimentos se encargan de entregar a cada uno de nuestros órganos, tejidos y células los nutrientes necesarios para su correcto funcionamiento, “por lo cual una alimentación ultra procesada rica en macronutrientes de baja calidad y baja en micronutrientes (vitaminas y minerales), será un factor para la producción de enfermedades especialmente las cardiovasculares, asociadas también a la obesidad y sedentarismo”, afirma Contreras.
Lo importante es llevar una alimentación saludable y balanceada para proteger nuestro corazón. Por otro lado, comidas de baja calidad en conjunto con factores genéticos y otros ambientales aumentarán la probabilidad de patologías.
Factores de riesgo
Según Lilian, el sedentarismo, consumo de alcohol, tabaco y estrés aumentan el estado inflamatorio sistémico, contribuyendo a la acumulación de colesterol en la pared de la arteria y formación de la placa aterosclerótica, aumentando la mortalidad por enfermedad coronaria accidente cerebrovascular, o diabetes. La culpa no es del consumo de colesterol, ni grasas saturadas si no de un conjunto de factores y hábitos, que pueden proteger o dañar la salud cardiovascular como los siguientes.
Qué consumir para proteger el corazón
No es necesario reducir el consumo total de grasas, si no realizar una buena selección de estas, logrando proporción adecuada entre grasas poliinsaturadas (anti-inflamatorias) y saturadas (pro-inflamatorias).