Polvo, abejas, gatos, perros… la lista es extensa, pero la amenaza es común: las alergias. En el mundo son muchos quienes las desarrollan en algún momento de sus vidas, siendo la primavera la estación del año donde suelen aparecer con mayor frecuencia. Pero, ¿qué pasa cuando afectan a los niños? El Dr. Pablo Raby, inmunólogo de Clínica Ciudad del Mar y Vicepresidente de la Sociedad Chilena de Alergia e Inmunología, explica al respecto.
Congestión nasal, estornudos, ardor en ojos y de garganta, son algunos de los síntomas que más se repiten por estas fechas y que hacen dudar sobre la presencia de alergia o resfrío. Y es que estas molestias que se catalogan de inofensivas y pasajeras pueden tornarse más complejas, generando reacciones que afectan a la calidad de vida si es que no son tratadas a tiempo.
De acuerdo al Dr. Pablo Raby, inmunólogo de Clínica Ciudad del Mar, una alergia es una reacción anormal y exagerada del sistema inmunológico ―destinado a protegernos de agentes patógenos―, frente a sustancias del ambiente que son inofensivas para la mayoría de las personas, provocando una respuesta del organismo, que varía desde molestias leves hasta severas complicaciones.
“En el caso de los niños y dependiendo de qué afección presenten, las alergias representan cuadros que pueden disminuir mucho la calidad de vida, tanto de los menores, como de toda la familia, e incluso puede afectar el ambiente escolar”, explica el inmunólogo.
La manifestación de las alergias no está determinada por factores hereditarios, pese a que sí puede existir una predisposición genética hacia ellas. Por lo anterior, es que hay que estar atentos ante los síntomas, pues se puede declarar a cualquier edad y momento de la vida de las personas.
“Frente a la presencia de alergias, como en muchas otras afecciones, hay factores genéticos y ambientales que influyen en su aparición. En este sentido, se sabe que el riesgo de que un niño sea alérgico, es menor si ambos padres no padecen esta afección, aumenta cuando uno de los padres lo es, y más aún cuando los dos progenitores son alérgicos”, sostiene el doctor Pablo Raby.
Cuáles son las más frecuentes
Durante los primeros años de vida, lo más habitual son las alergias alimentarias y dermatitis atópica ―que puede o no estar asociada a una alergia alimentaria―. Con el paso de los años se hacen más frecuentes las alergias respiratorias, como la rinitis, asma alérgica y rinoconjuntivitis, entre otras.
Los síntomas son diversos y dependen de cada afección. La rinitis alérgica se caracteriza por la picazón nasal, congestión, secreción nasal acuosa abundante, estornudos en saliva, disminución del olfato o del gusto. La conjuntivitis alérgica, en tanto, presenta comezón ocular, ojos rojos, lagrimeo profuso. Finalmente, el asma se percibe por la sensación de obstrucción bronquial, tos seca, silbidos en el pecho, dificultad para respirar, entre otros.
Para poder hacer frente a las alergias ―explica el especialista de Clínica Ciudad del Mar―, existen tratamientos que ayudan a disminuir los síntomas, como los antihistamínicos, antiinflamatorios (como corticoides), broncodilatadores y antileucotrienos, entre otros.
Asimismo, se debe evitar la exposición a lo que uno es alérgico, después de haberlo identificado por medio de exámenes clínicos ―tanto cutáneos como de sangre― con el fin de detectar la naturaleza de los síntomas e iniciar un proceso que controle la inflamación y modere sus episodios. Finalmente, si el paciente es buen candidato, se puede intentar un tratamiento llamado inmunoterapia, que logra disminuir la hipersensibilidad a la sustancia (alérgeno) que provoca la reacción.
“Esta técnica es una opción que busca disminuir la sensibilidad a un alérgeno específico a través de una serie de vacunas aplicadas por un tiempo determinado”, sostiene el profesional.
Prevención
Paralelamente al tratamiento mencionado, se aconseja una limpieza frecuente y una buena ventilación de los espacios en común del hogar, evitando en las habitaciones la acumulación de libros, alfombras y muñecos de peluche.
Además, dentro de las recomendaciones para disminuir las probabilidades de que un niño sea alérgico, está el ambiente libre de humo desde el embarazo y la lactancia materna. Por otro lado, cada vez hay más evidencia científica en contra de las dietas sin ciertos alimentos, que no tendrían valor en prevención de alergias.
“Si se toman las medidas pertinentes, la época donde aumenta la polinización no debiera afectar mayormente a las personas propensas a sufrir alergias. Lo importante es que haya un tratamiento adecuado para evitar grandes molestias”, puntualiza el inmunólogo de Clínica Ciudad del Mar, Dr. Pablo Raby.
Asimismo, el especialista entrega unos consejos:
Finalmente, recuerda el inmunólogo, se recomienda que si la alergia, cualquiera sea, provoca algún grado de incomodidad en la vida diaria o no permite realizar alguna actividad, es importante acudir a un especialista para que la estudie y tome las medidas adecuadas, tanto ambientales como farmacológicas.