De látex, goma o silicona, el chupete es una de las cosas que nunca puede faltar en el bolso de un bebé. Y es que tradicionalmente se ha utilizado como un objeto que tranquiliza y da cierta seguridad al infante. Si bien hay diferentes posturas en torno a su uso, dice el Dr. Marcel Deglin, pediatra de Clínica Ciudad del Mar, hay consenso sobre la edad adecuada para dejarlo. Por lo mismo, es que entrega algunos consejos para lograrlo.
Actualmente, es difícil imaginarse un niño que no ocupe, o haya ocupado, un chupete. Es parte de la tradición popular y por ello es que cuando llega el momento de quitárselos, surgen dudas respecto a cómo y cuándo hacerlo. Muchos padres creen que sus hijos dejarán el “tete” solos, mientras que otros sostienen que debe ser antes de los dos años.
El Dr. Marcel Deglin, pediatra de Clínica Ciudad del Mar, avala el uso de este objeto debido a los efectos analgésicos que provoca. Además, considera que el dejarlo es un proceso gradual en el que los papás son responsables de encontrar el tiempo adecuado para sus hijos.
“El chupete reduce la incidencia de la muerte súbita del lactante, es un analgésico muy eficaz en procesos dolorosos, como la salida de los primeros dientes, y —por añadidura— los efectos perjudiciales que ejerce sobre la correcta alineación de los dientes son pasajeros, siempre y cuando se suspenda antes de los tres años de edad”, afirma el especialista.
En caso de que su uso continuado llegara a descolocar los dientes, que es una de las quejas más frecuentes entre sus detractores, el doctor Deglin explica que se trata de un proceso reversible que debe iniciarse apenas unos meses después de interrumpir el uso del “tete”.
Dejarlo de a poco
“Es importante que una guagua comience a usar el chupete a partir del mes de vida, ya que aprenderá a diferenciar entre la succión del pecho materno y la succión del de la mamadera, favoreciendo la lactancia materna y el apego madre e hijo”, aclara el pediatra.
No obstante lo anterior, los efectos negativos o colaterales de su uso prolongado pueden ocasionar cambios importantes en la fisonomía del niño, según detalla el especialista de Clínica Ciudad del Mar.
“Si el uso del chupete se limita hasta los tres años, no hay efectos colaterales negativos sobre su dentición. El uso por más de esta edad, en cambio, produce que los dientes centrales inferiores se desvíen paulatinamente hacia dentro, mientras que los que se encuentran en el mismo plano, pero en el maxilar superior, tienden a separarse y a sobresalir hacia fuera (dientes de conejo)”, precisa.
Además, con el tiempo —agrega el doctor— los caninos (colmillos) chocan entre sí y ambas filas de dientes no se cierran correctamente (mordida abierta). Y es que la acción de succionar pone en funcionamiento una serie de músculos de la cara que, junto con la posición de la lengua, hacen que las líneas superiores e inferiores pierdan su paralelismo (mordida cruzada).
En definitiva, dice el especialista de Clínica Ciudad del Mar, el ocupar el chupete hasta los 18 meses no causa ningún problema. Su uso más allá de esa edad hasta los 3 años, puede producir una deformación de los dientes, que es reversible en forma espontánea. Sin embargo, el uso más allá de los tres años, probablemente va a provocar una deformación dental que requerirá, a futuro, un tratamiento más extenso e incluso ortodoncia.
Antes de, ¿qué hay que saber?
De acuerdo con lo expuesto por el doctor Marcel Deglin, la edad ideal para retirar esta goma es cerca de los tres años. “En este proceso, lo primero es ir acostumbrando al niño a usar el chupete sólo cuando se vaya a la cama o en situación de mucha tensión emocional”, precisa el pediatra.
Si bien aún no hay claridad respecto al mejor método para lograr que el niño deje este objeto —la retirada brusca o la paulatina—, es aconsejable que los padres permanezcan más activos en esos días para tranquilizar al niño y que éste no reclame su chupete.
Así, el pediatra de Clínica Ciudad del Mar, Dr. Marcel Deglin, entrega algunas recomendaciones para incentivar al menor a dejar el chupete y ayudar a los padres a enfrentar de mejor manera esta etapa clave en la vida de sus hijos.