Preguntas Frecuentes
A diferencia de los adultos, los niños están en constante crecimiento y desarrollo y durante este proceso, se irá modificando su estructura esquelética, el crecimiento de sus huesos, el rango de movilidad articular y aumentará su masa y potencia muscular. Estas características hacen que los tratamientos de un adulto sean completamente diferentes que los de un niño y por eso, debe ser tratado por un especialista infantil.
La displasia de cadera es una de las malformaciones congénitas más frecuentes entre la población. Se estima que 1 de cada 500 nacidos tiene este problema. Su pesquisa debe realizarse a los 3 meses de vida con una radiografía de pelvis; si existen factores de riesgo para displasia el diagnóstico se adelanta con una ecografía al mes de vida.
Si se pesquisa tempranamente, el tratamiento es usar correas de Pavlik; un arnés que tiene por función mantener durante algunos meses las piernas abiertas -o abducidas-, favoreciendo así la correcta maduración de las caderas.
En promedio, y de no mediar una enfermedad neurológica, los niños comienzan a caminar entre los 12 y 18 meses.
El calzado ideal es aquel que protege al niño del frío y de sufrir heridas al caminar por superficies irregulares. En términos generales, un zapato adecuado debe:
· Ser fabricado con una tela respirable.
· Tener un contrafuerte firme para evitar lesiones por torsión a nivel del tobillo
· Ser liviano y flexible para acompañar el movimiento natural del pie, con una base de apoyo estable.
· Tener una horma ancha o redondeada para que los dedos se ubiquen libremente al interior.
· Poseer suela antideslizante.
· Incorporar algún sistema de absorción de impacto (en la suela o en el interior del calzado).
Un motivo de consulta frecuente es la forma de caminar de los niños. Los padres o abuelos se preocupan porque caminan con los “pies hacia adentro”. En la mayoría de los casos esta condición es normal y parte del desarrollo fisiológico de los niños.
Sin embargo, cuando la alteración de la marcha se asocia a caídas frecuentes, inestabilidad, incapacidad de desarrollar ciertos ejercicios en educación física, es mejor acudir a una evaluación ortopédica en Traumatología Infantil para descartar otras causas.
Las deformidades angulares alrededor de las rodillas pueden ser de 2 tipos: Genu Varo (piernas arqueadas) y Genu Valgo (rodillas juntas). Ambas se presentan en distintas etapas del crecimiento de los niños, y, hasta cierta edad, se consideran una alteración fisiológica o propia del desarrollo.
Es importante consultar cuando las rodillas arqueadas persisten más allá de los 2 años. Si, por el contrario, el niño o niña camina con las rodillas juntas y los pies separados más allá de los 7 años, o si esto se asocia a dolor de rodilla, hay que consultar.
La escoliosis puede ser detectada en los primeros años de vida mayoritariamente en casos de patología congénita o neuromuscular; sin embargo, la escoliosis más frecuente se presenta en la adolescencia, cercana a la pubertad.
El 3% de la población padece una anomalía de columna desviada, siendo niñas y mujeres las más afectadas.
Un motivo de inquietud de padres y abuelos son los denominados dolores de crecimiento; su causa es desconocida y en terminología clínica se conoce como “dolor óseo recurrente benigno”. Se trata de episodios de dolor en extremidades inferiores, de predominio nocturno y que puede afectar a niños desde los 3 años.
La característica más distintiva es que el dolor es difuso y al día siguiente de un cuadro de dolor, los niños no presentan síntomas.
Los padres deben preocuparse cuando:
· El niño no quiere jugar o cojea en forma persistente.
· Los dolores se presentan tanto de día como de noche.
· El dolor no pasa con masajes o analgésicos.
· El dolor es recurrente en un mismo lugar.
· El dolor se asocia a baja de peso o decaimiento.