Patologías

Marcha convergente

Es una causa común de consulta, cuando los niños caminan con los pies “hacia adentro” y las rodillas separadas. Ésta, junto a otras alteraciones de la marcha, son completamente normales hasta cierta edad. Tanto el fémur como la tibia, que son los huesos que forman la extremidad inferior, están rotados hacia adentro en los primeros años de vida y a medida que el niño va creciendo, esa rotación va cambiando de forma automática, hasta adoptar la posición normal de marcha, entre los 8 y 10 años.  

Tratamiento:

Se recomienda controlar con un especialista para descartar otras causas.

Pie plano

Los niños nacen con un tejido adiposo que se ubica en la zona donde posteriormente se forma el arco plantar. Esta condición fisiológica del pie plano con el que nacen todos los niños es normal hasta los 4-5 años, que es cuando comienza a formarse el arco.

Tratamiento:

Solo se debe estudiar si existe una asimetría importante en los pies, mucho dolor, fatiga o rigidez al caminar o hacer ejercicio. En esos casos, se hace necesario un tratamiento que depende de cada paciente y puede consistir en uso de plantillas.

Dolor óseo

Usualmente se menciona como dolor de crecimiento. Cuando un niño tiene este dolor, se debe identificar de dónde viene y si existen patologías adicionales que lo estén generando, como alguna infección, patología deportiva, enfermedades reumatológicas, inflamaciones, etc. El dolor es preocupante cuando se mantiene en el tiempo, despierta al niño en la noche o está asociado a otros síntomas como la fiebre.  

Displasia de caderas

Es una alteración del desarrollo de las caderas, presente desde el nacimiento. Puede alcanzar distintos grados. Es más común en niñas y en el primer hijo. Tratar esta patología es fundamental, porque los problemas en la formación de la articulación de la cadera pueden causar artrosis en esta zona.

Tratamiento:

El tratamiento en los casos menos severos, es el uso del arnés de pevlik, un sistema de correas ancladas a las piernas que posiciona la cadera para corregir el problema. Si después de este tratamiento no se logran los efectos esperados, o en casos más severos, se puede utilizar yeso o incluso cirugía.