Sí. Puede acceder cualquier persona desde los 15 años, con diagnóstico o reaparición de cáncer de próstata, independiente del tipo de previsión.
Las recomendaciones son diferentes y van dependiendo de los antecedentes del paciente.
En la población general, la búsqueda precoz se indica a partir de los 50 años, y consiste en realizar una analítica sanguínea con APE (Antígeno Prostático Específico) y un tacto rectal. En cambio, si la persona tiene un familiar de primer grado con cáncer de próstata, la búsqueda se suele realizar a partir de los 40 años.
Aproximadamente un 10% de los tumores de próstata son de origen hereditario. Si un familiar de primer grado ha tenido este tipo de cáncer, el riesgo de presentarlo se duplica.
El APE (Antígeno Prostático Específico), es una proteína que se produce exclusivamente en la próstata y se puede detectar mediante una analítica de sangre. Su función habitual es participar en la producción del líquido seminal, la cual dependerá de los niveles de andrógenos y del tamaño prostático.
No. Los valores habituales pueden verse elevados por patologías prostáticas benignas como infecciones urinarias, crecimiento prostático benigno (hiperplasia prostática benigna) o por cirugías de la vía urinaria. Habitualmente los tumores de este órgano elevan el resultado de este examen.
Si se evidencia un APE elevado, se debe consultar con un urólogo, para una mayor evaluación.
Los tratamientos por cáncer prostático pueden asociarse en mayor o menor medida a la pérdida de la función eréctil.